El exterminio de la carretera de Almería, silenciado durante décadas por la dictadura, conmovió brutalmente a la prensa internacional de la época. Fueron muchos los escritores y reporteros que narraron, avergonzados y condolidos, las circunstancias de la barbarie. En gran medida, por la dimensión humana, pero también, lo que resulta indefectible de lo anterior, por la escasez de precedentes en la historia contemporánea.

Fernando Arcas, profesor de la Universidad de Málaga, considera la desbandá un preludio de las grandes persecuciones humanas y los genocidios que sacudieron el pasado siglo. Una especie de ensayo negro, de inauguración sórdida de otro modo de entender la vida, de entender la muerte. «En el XVIII y el XIX no se atacaba indiscriminadamente a la población civil, a la retaguardia. El sufrimiento de los ciudadanos es típico de las guerras contemporáneas», indica.

La cantidad de fallecidos, el despliegue de maquinaria bélica contra personas inermes y acorraladas, fue reseñado automáticamente por la prensa. El diario británico The Manchester Guardian, por ejemplo, habla directamente de un cataclismo humano «desconocido en la historia de Europa».

Según Arcas, resulta muy difícil determinar el número total de fallecidos. La investigación de las asociaciones de memoria histórica de Málaga y Granada, comandadas por la historiadora Maribel Brenes y el arqueólogo Andrés Fernández, responsable de la exhumación de las fosas de San Rafael, supone, no obstante, un trabajo de acercamiento a las zonas menos iluminadas de la catástrofe. El estudio analiza los registros funerarios de todos los municipios insertos en el recorrido, la documentación bélica, los testimonios de las víctimas, las fosas, las peculiaridades geográficas del terreno.

Fernando Arcas tiene muchas expectativas depositadas en la investigación, a la que presta asesoramiento científico. «Se trata de una parte escasamente documentada del éxodo, que supondrá un avance importante», puntualiza. El historiador se refiere al análisis de los archivos militares, que recoge los cuadernos de bitácora, los movimientos de cada una de las unidades durante los días de bombardeo, pero también las reacciones de los soldados a las órdenes, el material bélico, la sangría de las armas. La historia más desgraciada de Málaga.