El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en Málaga logró reincoporar en el año 2011 al 38% de los trabajadores de baja temporal a los que citó para revisar su caso, ya fuera porque esas personas se dieron voluntariamente de alta con su propio médico de cabecera al recibir la citación (un 31% de los casos) o bien porque el inspector médico que finalmente los atendió consideró que estaban aptos para trabajar.

De las 54.809 citaciones a trabajadores que realizó el INSS el pasado año, un total de 23.613 provocaron así la reincorporación inmediata de estas personas a sus puestos de trabajo, según los datos facilitados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Las cifras, con todo, están algo por debajo de las de 2010, cuando se realizaron casi 55.700 citaciones que dieron como resultado el alta de unos 27.200 trabajadores malagueños.

Hay que matizar, eso sí, que la labor del INSS no agota el campo inspector de las bajas laborales en la provincia, ya que en el caso de aquellas incapacidades temporales (IT) inferiores a los 365 días de duración, la tarea es compartida con los médicos de familia del SAS y la Inspección de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. Además, una buena parte de trabajadores realiza sus trámites de baja laboral a través de las mutuas privadas contratadas por las propias empresas.

Con todo, los datos del INSS son muy reveladores de la labor de prevención realizada en los últimos años por posibles abusos de bajas médicas que encubran absentismo. Hay un dato escalerecedor: en 2006, la baja media en Málaga certificada por el INSS era de 52 días mientras que en 2011 bajó a 31.

Los sindicatos CCOO y UGT advierten, no obstante, de que en los últimos meses han recibido un aumento de quejas por parte de trabajadores que denuncian haber recibido el alta de los inspectores del INSS sin estar restablecidos de sus dolencias. Sin embargo, la Seguridad Social niega tajantemente que haya un endurecimiento de los criterios de inspección.

«No existe ninguna instrucción en el sentido de ser más estricto. Los inspectores médidos hacen su labor, y la prueba es que son más los trabajadores que siguen en IT después de haber sido revisados que los que son datos de alta», comentan fuentes del Ministerio. Las citaciones del INSS se realizaran a través de unos criterios estándar que abarcan el tipo de patología o la duración media de la baja.

Más miedo a coger la baja. Lo que todos sí reconocen es que la crisis económica ha provocado un doble efecto reductor del número de bajas laborales en Málaga, que han pasado en el total del sistema –tanto INSS como mutuas– de más de 167.000 en el año 2009 a las 142.000 de 2010 (la cifra definitiva de 2011 aún se espera), según CCOO. El primer motivo es simple: la escalada del paro reduce los trabajadores y, en consecuencia, las bajas laborales.

El segundo es más invisible y psicológico, dado que el trabajador aguanta hasta el máximo antes de cogerse una baja por el miedo a perder su empleo. Esta dinámica es también causante en parte, a juicio de los sindicatos, de que el índice de bajas laborales por cada 1.000 trabajadores –lo que se concoce por prevalencia– haya bajado en Málaga desde niveles superiores a 48 en la época previa a la crisis a un entorno de 20-25.

El responsable de Salud Laboral de CCOO, José Diego Moreno, alaba los esfuerzos del INSS y el resto de organismos por prevenir el fraude por absentismo, pero afirma con el actual rigor inspector «están pagando justos por pecadores». Moreno recuerda que su sindicato cuenta con unas 40 reclamaciones de trabajadores que se quejan de haber recibido un alta indebida, con casos «flagrantes» como la de una dependienta que tiene que caminar con andador, la de una cajera que se tuvo que incorporar con la pierna escayolada o el de una persona con depresión por acoso laboral que se vio abocada a regresar a su puesto.

CCOO, que desarollará en las próximas semanas una campaña informativa en las oficinas del INSS, las mutuas y la Ciudad de la Justicia, cree que estos casos son sólo la «punta del iceberg» de un fenómeno con muchos más afectados que, por no meterse en pleitos, se conforman con el alta recibida. «La cuestión es saber si a un trabajador se le puede devolver el trabajo medio sano o medio enfermo, según se quiera mirar».

Mayor presión para dar el alta. Por su parte, la responsable de Acción Sindical de UGT, Auxiliadora Jiménez, comenta que las reclamaciones por esta causa han aumentado un 50%, y asegura que sí hay un endurecimiento de los criterios para mantener la situación de IT.

«Estamos detectando una mayor presión para dar las altas, y esa situación provoca mucha indefensión entre los trabajadores, que desisten de continuar con sus reclamaciones por todo el papeleo y el dinero que conlleva», apunta.

Y es que el afectado tendría que acudir a los juzgados y contratar un peritaje médico, lo que le podría supone un desembolso de entre 500 y 600 euros. Y eso, sin tener asegurado que le den la razón.

Jíménez, además, no cree que en estos momentos exista un problema de absentismo en el mercado laboral malagueño. «Hay mucho miedo a perder el trabajo, ahora mismo nadie abusa de las bajas médicas», comenta.