No hubo sorpresas. Javier Ramírez y Silvia Méndez salieron ayer de la casa en la que vivían de alquiler sobre las 9.00 para llevar a sus cinco hijos, de entre 5 y 16 años, al colegio. Al salir, Silvia pegó en la puerta una nota dirigida a la comitiva judicial que anunció su presencia a las 9.30. Fueron puntuales. Con los niños ya en clase, el matrimonio volvió a la que fue su calle para ver cómo la comitiva subía con los propietarios del piso y un cerrajero. Oficialmente se habían quedado en la calle y todas sus cosas estaban dentro de la vivienda, ya que no tenían un lugar donde guardarlas. Silvia, nerviosa, esperaba recuperar pronto la ropa y las medicinas de sus hijos. Sobre las 15.00, tras recoger a los niños, los siete se dirigieron a casa de un familiar de Javier, donde pasarán unos días hasta que encuentren una solución.

La familia Ramírez Méndez asegura que ha sido desahuciada después de haberlo «intentado todo». La nota de la puerta resumía una situación que mezcla la minusvalía de Javier para trabajar y la imposibilidad de encontrar un puesto de trabajo de ella. Esto les ha llevado a no poder pagar el alquiler desde hace más de un año y a subsistir con los 426 euros que él ingresa al mes con la ayuda a parados mayores de 45 años. Esta ayuda finaliza en junio. Javier dice tener una minusvalía del 18%, «pero piden un 33% para acceder a otras ayudas, para poder trabajar en la ONCE, en bibliotecas o para realizar cursos para personas con discapacidad». «Ni la Casa Real, ni la Junta de Andalucía ni el Ayuntamiento de Málaga se hacen cargo de mi situación», insiste Javier, que llegó a escribir a la reina Sofía.