Cerca de 200 alumnos de Traducción e Interpretación de la Universidad de Málaga de los 600 afectados protagonizaron ayer una manifestación para reclamar un material digno que les permita cursar su carrera de forma adecuada y adquirir los conocimientos necesarios para formarse como profesionales. Así lo expresaron ayer a este periódico tanto alumnos como representantes de la Asociación de Estudiantes Reforma.

El principal problema y reivindicación radica en las cabinas de traducción. Existen actualmente ocho, de las que tan sólo funcionan seis y, a su vez, éstas no lo hacen de forma adecuada. «Les falla el volumen, el sonido o el micrófono, por no hablar de la moqueta o la luz, que son elementos fundamentales para la relajación de un intérprete», explica una alumna.

A esto ese une el hecho de que las existentes se distribuyan en diferentes espacios, lo que obliga a dividir los grupos y afecta al ritmo de la clase. La situación afecta a la calidad de la enseñanza de estos futuros profesionales y a la impartición de las clases por parte de los profesores, indicaron.

Los alumnos consideran que serían necesarias un total de entre 15 y 20 cabinas y reclaman que éstas se ubiquen en un mismo aula, para poder dar la clase el grupo al completo.

El problema viene de lejos, aseguraron tanto Víctor García, como Pablo Ruiz de la Asociación de Estudiantes Reforma. Data incluso de años y la situación ha sido trasladada tanto al Decanato como a instancias superiores de la Universidad que conocen estas circunstancias. Los alumnos explican que se les ha ofrecido una solución que es utilizar las cabinas del Aula María Zambrano, una opción que consideran positiva y beneficiosa para la realización de prácticas reales cuando vienen conferenciantes pero no para el desarrollo de las clases.