Pepe García Fernández llegó a Carranque con 22 años y hoy tiene 74 años. Es precisamente esa veteranía la que le anima a asegurar que «en estos 52 años, es la primera vez que veo este destrozo», mientras señala los naranjos de la plaza de Pío XII.

Como explica, la semana pasada, trabajadores municipales realizaron una poda que a su juicio y el de otros vecinos, excede las normas de la jardinería. «Esto no se puede hacer a 20 días de la primavera, algunos naranjos tenían ya la yema para que floreciera. Este año Málaga olerá a alcantarilla, como siempre, mientras que Sevilla y Córdoba olerán a azahar, a primavera», plantea.

La poda de los naranjos es, a su juicio, «una tala» y «un destrozo» y aventura que los vecinos de Carranque van a tener un verano difícil por la ausencia de sombra.

«De aquí no va a poder salir nada», destaca mientras toca una rama podada, al tiempo que muestra otros árboles de los que han desaparecido las ramas guía.

Pepe García subraya que el problema también se ha presentado en otros puntos de Málaga. «Hablé con el dueño de un bar que vive en Girón y dice que antes desde su balcón veía el mar y toda la parte verde de los naranjos y ahora sólo ve los troncos pelados». «Aquí desde luego se han lucido», lamenta y señala todos los naranjos, que parecen haberse sometido, en cuestión de días, a una estricta dieta.

Pepe García también muestra los naranjos del pasaje Compositor Lehmberg. En este caso, han sido podadas las copas. «He hablado con los vecinos y a nadie les molesta, cuando vi la montaña de ramas en el suelo le dije a los trabajadores que qué estaban haciendo y me dijeron que seguían órdenes de un superior».

Alejandro, que trabaja en un bar cercano, señala que lleva trabajando en el establecimiento ocho meses, «así que es la primera vez que los veo podar». En su opinión, «creo que los han podado demasiado, los han destrozado. Una cosa es quitarles unas ramas y otras hacer esto», concluye.

Para Pepe García, la poda del pasaje Compositor Lehmberg ha consistido «en dejar los árboles desmochados, es una pena».

¿Poda o tala? El año pasado, la Academia Malagueña de Ciencias publicó un Código de buenas prácticas en arboricultura urbana, en el que se daban unas pautas para aligerar los árboles. En este informe se asegura que «muchos árboles urbanos tienen las copas deformadas y llenas de horrorosos muñones causados por malas podas de sus ramas, quedando árboles antiestéticos y lo que es peor, con sus capacidades ambientales reducidas».

Entre las recomendaciones de la Academia destaca el que los árboles urbanos «deben tener y conservar su silueta natural por lo que como norma general no serán podados» (siempre que se planten a distancia entre ellos y de acuerdo con el tamaño de la acera o la calle). Además, si hay que podar, «se limitarán a las ramas secas o a las que crezcan en direcciones molestas» y estas ramas molestas deben cortarse «en el momento en que se observen», pues si superan los 5 centímetros de diámetro «sólo debe hacerse cuando las lesiones causadas en la madera sean menores que el daño que puede sufrir el árbol si no se podan».

¿Incumple el Ayuntamiento este código?, el responsable de Parques y Jardines, Javier Gutiérrez del Álamo, lo niega y explica que la poda de los naranjos de Carranque ha contado con supervisión técnica. «Se trata de árboles viejos que no tiran más, se quedan muy pequeños y se les deja muy recortados para que salgan con fuerza. Es un tipo de poda que se hace cada 5 o 6 años o incluso más, algo aislado para que los naranjos salgan más frondosos». En unos meses saldremos de dudas.