Los profesionales del área de Bienestar Fetal del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria ofrecen desde hace años una atención personalizada a las embarazadas que los eligen para que les proporcionen ayuda para dar a luz.

A pesar de llevar haciéndolo años, hace un tiempo entraron en el Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal en Andalucía, que garantiza la seguridad de la madre y del bebé, con la participación activa de las mujeres y sus parejas. «Sin saberlo ya estábamos haciendo labores de humanización, y desde que entramos en el plan hemos tratado de que los partos cada vez sean más naturales, utilizar menos instrumentos y poco intervencionistas», asegura el subdirector de Enfermería del centro, Antonio González.

Desde hace dos años están centrados en el proyecto, que no discierne entre prematuros o no a la hora de la humanización. «Antes había controles estrictos en las incubadoras, ahora los padres entran cuando quieren a ver sus hijos», relata.

González explica que las mujeres acceden a la humanización a través del «Plan del parto», con el que conocen la tipología y siguen las recomendaciones necesarias para que el niño crezca sano en el interior del vientre materno.

El plan contempla un programa concienzudo de parto, que informa a la mujer de sus derechos y posibilidades y de los medios disponibles. Y hace hincapié en el contacto permanente con el recién nacido y en la instauración de la lactancia materna precoz.

Cuando la madre llega al hospital para dar a luz, las matronas se ocupan de que la intervención sea mínima y, para que estén cómodas, se pone incluso música de fondo. Así, se puede ejercitar y recolocar al niño durante la dilatación, antes de dar a luz, con un balón. También hay masajeadores. «Se trata de que la madre esté cómoda y relajada. Nuestro equipo siempre ha tenido la tendencia de darle protagonismo a la madre, nuestras instalaciones favorecen la humanización», añade la coordinadora de la Unidad de gestión Clínica, Obstetricia y Ginecología, Toñi Arenas.

Arenas explica que son numerosas las opciones a la hora de dar a luz. Desde la clásica en la camilla, a la que también se añade un arco para hacer fuerza, hasta a cuatro piernas, que facilita la salida natural del niño, de pie, o el banco, que cada vez se usa más, según los profesionales. También se potencia la postura de Sims o lateral, con la que la mujer levanta un poco más la pierna para la salida del neonato.

Toñi Arenas explica que antes se tardaba, desde el parto hasta que la madre volvía a ver al recién nacido, unas diez horas. «Ahora apenas se separan», dice.

La coordinadora indica que cuando el bebé está en el nido se trata de evitar que la llegada al mundo del bebé sea traumática. «El sonido, la luz y la temperatura son lo menos invasivas posibles». Allí se fomenta el «piel con piel», que trata de acercar a los bebés a sus padres desde el momento en que han nacido. «La iluminación también es importante, no es muy artificial, intentamos que sea natural», subraya el subdirector de Enfermería.

Otro de los objetivos del centro es la Iniciativa del Hospital Amigo del Niño (IHAN), puesta en marcha gracias a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF. Entre sus objetivos se encuentra que las madres obtengan información y puedan escoger cómo alimentar a su bebé o el apoyo del inicio precoz de la lactancia materna.