El conocido escritor y psicólogo Bernabé Tierno impartirá hoy y mañana unas jornadas de formación integral en la Residencia Universitaria Teatinos (RUT) de Málaga. El tema, la actitud de los emprendedores como clave de éxito, un asunto que Tierno aborda en su próximo libro El triunfador humilde -el número 52 en su carrera- a partir del examen de empresas líderes como Inditex, Mercadona, Clínicas Baviera o Ikea, siempre con un líder definido detrás cuya personalidad tira del resto de la organización. Para el autor, examinar la psicología de los empresarios de más éxito es la mejor lección que pueden aprender los universitarios, llamados a crear el empleo del futuro.

¿Qué destaca de estos emprendedores que han sido capaces de sacar una gran empresa casi de la nada?

Un rasgo que me sorprende de estas personas es que muchos tuvieron inicios muy humildes, empezando sus negocios en sus propios pisos. Quizá por eso, la humildad es algo que nos les ha abandonado. Lo fundamental en ellos es la ilusión, el entusiasmo por lo que hacen, su tenacidad y el hecho de que son buenos relaciones públicas. Pienso por ejemplo en Eduardo Baviera, una de las personas con los que hablo en el libro y que ya tiene abiertas 70 clínicas «Baviera» en España. Pues él me dice entusiasmado: «Bueno, pero estamos empezando». Ese disfrutar es determinante.

Aparte, ¿han tenido suerte?

Se dice que la fortuna ayuda a los atrevidos. Los emprendedores vitales son personas que arriesgan donde otros son temerosos, porque saben que el éxito y la comodidad no viajan juntos. No es que uno tenga que ser un inconsciente sino que hay que perder el miedo a equivocarse. En Estados Unidos, las grandes multinacionales no quieren como directivos a gente que en su carrera nunca se haya equivocado, no haya conocido un fracaso. De eso se trata, de saber que para tener éxito hace falta cometer errores sin necesidad de buscar excusas cuando te equivocas. Un triunfador humilde, cuando falla, sigue adelante, quema etapas.

¿Toma él todas las decisiones? ¿cómo es el trato con sus subordinados?

Un líder estrella nunca toma decisiones propias, aunque así lo parezca. Es tan listo que sabe contar con los demás para contrastar sus ideas. Confían en las personas de su equipo y éstas, agradecidas, le devuelven esa confianza. Yo caracterizo la personalidad de estos líderes con 12 «eses»: saludables, serenos, sinceros, sencillos, simpáticos, sinérgicos, supervivientes, seguros, sociables y solidarios, sabios y serviciales.

La verdad es que, tal y como nos los presenta, parecen pluscuamperfectas. ¿Existen personas y, sobre todo, jefes así?

Es cierto lo que dice, y ellos mismos me niegan que tengan todas estas cualidades que les enumero. Pero yo me quedo con una anécdota de Amancio Ortega en sus comienzos. Llegó un día muy temprano a su oficina y se cruzó con una limpiadora. La notó muy triste y se puso se hablar con ella durante más de diez minutos. La mujer tenía un problema personal y Amancio la consoló y hasta le mandó flores. Pues bien, un día se estaban preparando movilizaciones y cuando se habló de hacer una huelga esa empleada saltó y dijo que nunca haría nada contra alguien que le había tratado tan bien. Es sólo una muestra de lo que debe ser un líder.

Sin embargo, no me negará que hay otro perfil de empresario triunfador, quizá algo más distante y, si me permite, engreído.

Nos han vendido una imagen de los empresarios como hijos de papá pero la realidad es que son personas que, aunque hayan cogido negocios familiares, que han hipotecado incluso sus pisos para poder sacar adelante sus empresas y que han sabido llevarlas mucho más lejos de lo que lo hicieron sus padres. Reconozco que entre los empresarios también los habrá malos, pero hay que desterrar la idea del patrón de los años 50 y 60, que explotaba a sus empleados.

En estas semanas se habla mucho de paro, de reformas, de huelgas ¿La solución del empleo pasa por los emprendedores?

Claro. En España todo el mundo quiere trabajo pero, en realidad, ¿quién lo genera? No lo harán los políticos sino este tipo de personas que se han dejado la piel en ello, los triunfadores humildes. A ésos, más que el éxito, lo que les motiva es saber que dan trabajo a 2.000 o 3.000 familias. La mentalidad de querer ser todos asalariados o funcionarios, aunque sea a cambio de un pequeño sueldo para ir tirando, es una barbaridad. España debe dejar de ser primaria y boba, y abandonar esa mentalidad. Se nos han marchado un 30% de doctorados a países como Alemania y la gente sigue diciendo «yo quiero una oposición». Los grandes países tienen grandes emprendedores y aquí tenemos que educar a los jóvenes en ese camino, y no meternos con la gente que crea trabajo.

¿Está desencantado con los políticos?

Lo que me fastidia es que en otros países llegan a lo alto de la política los que antes han creado empresas o trabajan en ellas. Aquí en España llegan los que desde los 20 años están metidos en política, y que no saben nada de empresas ni de empleo. Hacen falta políticos honestos, que cuando acaban su servicio público se vayan otra vez a su profesión inicial. No me importa que los que están sean de derechas o de izquierdas. Para este país es más importante que haya empresarios dispuestos a dar trabajo y riqueza. Eso, o nos convertiremos en una país tercermundista.

Usted que es psicólogo, ¿es optimista o pesimista con la crisis?

Soy optimista-realista. Si se hacen las cosas bien, saldremos de ésta, pero hay que asumir aquello de «sangre, sudor y lágrimas».