El turismo es el pulmón más sano de la economía española y, por ello, vender seguridad para quienes visitan el país es una de las prioridades del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien ayer presentó en Málaga el Servicio de Atención al Turista Extranjero (SATE), un proyecto que trata de proteger a los visitantes de la delincuencia de baja intensidad, la que sufren mientras pasean por una plaza y les roban o cuando les dan un tirón en un rincón escondido de cualquier ciudad. Éste se va a poner en marcha en la capital a partir de mediados de abril, según fuentes consultadas por este periódico, aunque en Madrid es ya una realidad y con resultados muy buenos.

Como adelantó La Opinión de Málaga en junio de 2010, el servicio iba a entrar en funcionamiento en apenas 15 días, pero casi dos años después aún es sólo una intención, pues el nuevo ministro lo que hizo ayer fue firmar un protocolo con los alcaldes de la Costa del Sol para extender el proyecto a esos municipios.

De lo que se trata es de que el turista sienta cerca a los agentes de la ley, de tal forma que policías nacionales y guardias civiles trabajarán en determinadas oficinas y ofrecerán asistencia personalizada a los visitantes que hayan sido objeto de cualquier delito, aunque los robos y los hurtos son, sin duda, los que más les afectan. Habrá expertos policiales, intérpretes e informadores que les hablarán en su propio idioma.

Un convenio entre el Consistorio de Málaga, la Diputación y el Ministerio del Interior permitirá su implantación en la capital a mediados de abril, y el mismo se pondrá en marcha en cualquier localidad costasoleña que lo solicite. Las oficinas se ubicarán en lugares céntricos y serán fácilmente identificables, teniendo toda la información necesaria que se necesite para afrontar toda la casuística delictual. Los miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Civil apoyarán, según el municipio, a la Policía Local, y los agentes recibirán formación específica, amén de apoyo del Patronato de Turismo.

Los turistas podrán así denunciar en estas oficinas, recibir atención jurídica, social o psicológica. Incluso se ha planteado la posibilidad de implantar una unidad móvil.

Seguridad y protección. «Pretendemos transmitir una imagen de seguridad, eso es importante para la Costa del Sol y España desde un punto de vista turístico, y así el turista se sentirá más protegido», dijo el titular de Interior en declaraciones a los periodistas tras reunirse en la Comisaría Provincial con diferentes mandos policiales. En Madrid, añadió, la iniciativa «ha tenido un éxito extraordinario».

Cuando se le preguntó por el motivo del retraso, un asesor del ministro cortó la comparecencia, ya que éste debía reunirse con los diferentes alcaldes de la provincia en la Diputación en un evento presidido por Elías Bendodo para presentarles, precisamente, esta iniciativa.

El proyecto ha dormido el sueño de los justos durante un año y ocho meses, cuando en junio de 2010 se avanzó que

su entrada en funcionamiento era inminente.

Fuentes de la Diputación ya explicaron en junio de 2011 que las instalaciones desde las que se centralizaría el servicio estaban listas y montadas, y con los traductores a la espera del visto bueno oficial, un discurso similar al de la Comisaría, que aseguró tener elegido ya al personal.

Entre otras cosas, en junio de 2011 el borrador del convenio no había llegado a la Secretaría de Estado de Seguridad, aunque diversas fuentes aseguraron que estaba redactado. En un mes y medio el SATE será una realidad, al menos en la capital, aunque nadie explique el porqué del retraso.