Los consejos de Unicaja Banco y del Banco de Caja España-Duero analizarán hoy el plan definitivo para el proceso de integración de ambas entidades, que cuenta con el visto bueno del Banco de España en lo referente a la creación de un banco «malo» que se quede con los activos inmobiliarios dañados de la caja castellano-leonesa, sin formar parte de la fusión, según explicaron a este periódico fuentes financieras.

El consejo de Caja España-Duero, convocado ayer por la tarde de forma urgente por su presidente, Evaristo del Canto, tendrá carácter extraordinario y se celebrará en Madrid a las 17.00 horas, mientras que el de Unicaja, que tiene carácter ordinario y corresponde al mes de marzo, comenzará en Málaga a las 19.30 horas.

La convocatoria urgente del consejo de Caja España-Duero se produjo el mismo día en que el ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmara ante la comisión de Economía y Competitividad del Senado que espera que se presenten más operaciones de consolidación en las próximas semanas porque, a su juicio, la reforma financiera «no ha hecho más que empezar». Las entidades tienen hasta finales de este mes para presentar al Banco de España sus planes de saneamiento –caso de Caja España Duero– y hasta finales de mayo para nuevas integraciones.

Los consejeros de Unicaja examinarán esta tarde un informe explicativo referente a cómo se abordaría la integración –aunque no está confirmado si lo votarán– y, aunque el plan es complejo y presenta «múltiples variantes», la opción más viable para el proceso sería la creación del banco «malo» para sanear los activos inmobiliarios de Caja España-Duero.

Encaje de bolillos. Para ello, tal y como publicó esta semana El País, Unicaja ha propuesto al Banco de España y al Ministerio de Economía que Caja España-Duero reciba una inyección de entre 1.000 y 1.500 millones antes de integrarse para destinarlos el banco «malo», entidad que no participaría en la fusión. Unicaja, por su parte, cedería al banco «malo» el 30% de las acciones de la entidad fusionada como pago de los activos saneados. De esta forma, la fusión, ya saneada, sumaría unos 75.000 millones en activos, 40.000 de Caja España-Duero y 35.000 de Unicaja.

La otra opción que se barajaba, y que al parecer no será usada, es la suscripción de unos 1.500 millones de bonos contingentes convertibles por parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), una opción reservada sólo a las entidades que hubieran empezado su fusión a finales de 2011. Y ya se descartó una tercera vía, la de que el Banco de España concediera un esquema de protección de activos (EPA) a Unicaja, por el hecho de que la entidad implicada, en este caso Caja España-Duero, no haya sido adjudicada en una subasta pública.

Por su parte, fuentes de Caja España-Duero explicaron ayer a Efe que en el consejo extraordinario convocado por Del Canto figuran varios puntos del orden del día, entre ellos, la posible integración con Unicaja. Dichas fuentes se mostraron cautas y no precisaron más al respecto, aunque confiaron en que el presidente de Caja España-Duero les dé detalles del proceso de integración e incluso que les traslade el contenido de un posible principio de acuerdo con Unicaja.

En el acuerdo que alcanzaron Unicaja y Caja España-Duero, aprobado ya por sus respectivos consejos de administración y por sus asambleas, se acordó crear un banco conjunto, del que la entidad malagueña participara en un 70%, mientras que la castellano y leonesa en un 30%. Aunque se ha especulado con la posibilidad de que Unicaja pudiera solicitar un incremento de su participación tras conocer los requisitos de la reforma financiera aprobada por el Gobierno, las fuentes aseguraron que, sobre la mesa, no está la modificación de este posible reparto.

El proceso de fusión, iniciado ahora hace ocho meses, se aprobó definitivamente el pasado septiembre con el voto de las dos asambleas aunque la «complejidad de la operación» y el nuevo marco de saneamiento del sector financiero estipulado el 3 de febrero a través de un decreto-ley han retrasado su culminación, según explicó en su día Del Canto.

El decreto del Gobierno obliga a la banca a cubrir en unos 52.000 millones de euros adicionales su exposición al riesgo inmobiliario. Esto obliga a Caja España-Duero a destinar 1.140 millones de euros entre provisiones y capital para cumplir con las nuevas exigencias, una cantidad que la entidad se apresuró a aclarar que saldría a cargo de la fusión con Unicaja. Este hecho también enfrió los ánimos de la entidad malagueña, que días antes había comunicado que para este primer semestre de 2012 ya tendría cubiertos los 691 millones de euros a los que le obligaba la reforma de De Guindos.

Espera en las dos regiones. La convocatoria de los consejos se produjo en una jornada en la que también hubo declaraciones por parte de los dos gobiernos autonómicos implicados, ambos interesados en que el proceso se culmine. El consejero de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, Antonio Ávila, señaló que no tiene «ninguna duda» de que los responsables de Unicaja «tomarán la mejor decisión como han hecho siempre» mirando por los intereses de los impositores de la entidad y de Andalucía.

Por su parte, el portavoz de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, confirmó que la fusión «sigue adelante» y admitió que se han barajado «diferentes escenarios», entre ellos, la posible creación del banco «malo» para los activos inmobiliarios dañados de Caja España-Duero.

Casi seis meses para culminar la fusión. Los consejos de Unicaja y Caja España-Duero y posteriormente sus asambleas aprobaron en septiembre la creación de un grupo financiero consolidable con casi 81.000 millones de euros en activos y 122.000 de volumen de negocio, dominado en un 70% de participación por Unicaja. La intención de las dos entidades ha sido proceder a la integración efectiva en los primeros meses de 2012 e iniciar la actividad del banco conjunto a efectos retroactivos desde el 1 de enero. Mientras tanto, se empezó a negociar en la mesa laboral con los sindicatos un plan que prevé una supresión de 1.800 empleos –el 20% de la plantilla conjunta de las dos entidades– a base de prejubilaciones y bajas incentivadas.

Sin embargo, esos planes han sido aparcados en las últimas semanas, aunque los grupos de trabajo han seguido sus contactos. La reforma financiera del Gobierno y sus nuevas exigencias de provisiones trastocaron los cálculos iniciales y han obligado a Unicaja a buscar nuevas fórmulas para encajar la fusión, siempre con el 31 de marzo como fecha tope puesta por el Banco de España. Si no hay solución para ese día, la intervención de Caja España-Duero estaría asegurada. j. v. r. málaga