Los sindicatos presentaron ayer en Málaga de forma oficial la convocatoria de la huelga general para el próximo jueves 29 de marzo y aprovecharon para pedir a los empresarios que permitan a los trabajadores «ejercer libremente» su derecho a la huelga, sin presiones de ningún tipo. Los secretarios generales de CCOO y UGT en la provincia, Antonio Herrera y Manuel Ferrer, reclamaron a la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) que envíe una misiva a todos sus asociados para que los sindicatos pueden celebrar en las empresas asambleas informativas previas a la huelga.

Las centrales sindicales también reclaman a la patronal que no se ejerzan coacciones con amenazas de despidos a los trabajadores que secunden la convocatoria como, según afirman, ha venido ocurriendo en años anteriores en algunas empresas de Málaga, algo que calificaron de «terrorismo empresarial».

Tanto CCOO como UGT temen que el «miedo» a perder el empleo sea utilizado más que nunca por parte de los empresarios para desalentar a los trabajadores a secundar a la huelga, aunque mostraron su seguridad de que ésta «será un éxito» y que tendrá más éxito de convocatoria que la celebrada el 29 de septiembre de 2010, en aquella ocasión en contra de la reforma laboral que aprobó el anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Herrera y Ferrer señalaron que el responsable de la convocatoria de la huelga general es el actual presidente, Mariano Rajoy, al que emplazaron a retirar la reforma y a retomar el diálogo con los sindicatos como único medio para evitar la convocatoria. CCOO y UGT criticaron el texto por «injusto, ineficaz e inútil», y añadieron que esta reforma, que ya ha sido ratificada por el Parlamento, supone un «ataque sin precedentes al estado de bienestar y a los servicios públicos», cuyas consecuencias serán las de provocar «más recesión y paro».

«Quieren acabar con todo». Convocada bajo el lema «Quieren acabar con todo. Con los derechos laborales y sociales», los sindicatos negaron que la huelga tenga connotaciones «electoralistas» o que busque defender lo que algunos entienden como «poder sindical». «Nosotros defendemos el poder trabajadores y le decimos al Gobierno que recobre el sentido de Estado», apuntó Ferrer.

Herrera, por su parte, afirmó que el PP ha sufrido «una borrachera de votos» que les ha llevado a prescindir del diálogo social, tirando «a la papelera» el acuerdo de moderación salarial alcanzado con los empresarios a inicios de año. «Lo que necesitan las empresas para crear empleo es más crédito, no una reforma que permite cualquier despido».

De la reforma laboral, los sindicatos criticaron ante todo la imposición de un despido «libre» y la posibilidad de que el empresario pueda imponer de forma unilateral cambios en las categorías laborales o en los sueldos de sus trabajadores. Además lamentaron algunas nuevas modalidades de contrato como el que permite a las pymes y autónomos contratar con hasta un año de prueba y el de tiempo parcial que permite la realización de horas extraordinarias más allá de lo que fije el convenio.

CCOO y UGT añadieron que la reforma laboral no ofrece ningún tipo de medida positiva para los desempleados,

especialmente a los más de 80.000 parados malagueños -la mayoría de ellos con más de 45 años-, que no cuentan ya con ningún tipo de prestación económica por haber agotado todas las ayudas.