Es uno de los ejemplos de mobiliario urbano más exitosos de Málaga a pesar de contar ya con 135 años, uno menos que la plaza de toros de La Malagueta.

Fue en 1877 cuando el Ayuntamiento de Málaga encargó al ingeniero municipal José María de Sancha (el que da nombre al Paseo de Sancha y a su monte respectivo) un plan de distribución de fuentes públicas, aprovechando la reciente traída de aguas de los famosos manantiales de Torremolinos.

Para la ocasión, hubo que cambiar de lugar algunas fuentes y construir nuevas. Sancha fue el encargado de diseñar este nuevo mobiliario, una fuente idéntica de hierro que repartió por varios barrios de Málaga. De aires neoclásicos, estas fuentes abastecían a la población que, careciendo de agua corriente, la recogía en enormes cántaros, por eso las fuentes contaban con dos soportes planos para colocar los cántaros y seis surtidores que salían de un cuerpo hexagonal. Coronaba el diseño una crátera o vasija, homenaje a la antigüedad grecolatina, que rápidamente hizo que el conjunto fuera bautizado como la fuente de la Olla.

Una de las dos que todavía sobreviven ha sido instalada en la remodelada plaza de las Cuatro Esquinas del Palo y será inaugurada en breve, según informó la concejala del Distrito Este, Carmen Casero.

Existe una segunda fuente en la plaza de Montes, en la Trinidad. La que ha sido trasladada al Palo se encontraba originalmente en la Malagueta, hasta que en 1961, en tiempos del alcalde García Grana, fue trasladada a la plaza del Carbón, donde permaneció hasta 2005, cuando se produjo la remodelación de estas plazas junto con las de Spínola y el Siglo.

Desde entonces, dormía el sueño de los justos en unos almacenes municipales, aunque hubo algún estudio para instalarla en el Pasaje de Chinitas, una opción que fue descartada por su tamaño, así como para ponerla en la calle Afligidos, delante del Museo Revello de Toro.

La opción del Palo tiene una base histórica muy importante: en las Cuatro Esquinas hubo una fuente de la Olla, como dan fe numerosas postales de finales del XIX y primeros años del XX.

«La asociación de vecinos del Palo y otros colectivos reivindicaban la fuente de la Olla y finalmente la hemos instalado en la plaza de las Cuatro Esquinas», explicaba el pasado jueves Carmen Casero, quien señaló que no está inaugurada todavía porque está en contacto con varios colectivos del Palo para organizar una exposición de fotos y postales antiguas en las que aparezca la famosa fuente presidiendo el corazón del barrio.