La Policía Nacional ha detenido a siete individuos a los que acusa de explotación sexual de mujeres, a las que obligaban a trabajar en turnos de 24 horas durante ciclos de 21 días, así como de tráfico de drogas. La policía ha podido determinar que las obligaban a dormir vestidas encima de la cama con el fin de que estuvieran disponibles el máximo de tiempo posible. Incluso, las drogaban.

Entre los arrestados se encuentran dos personas que regentaban sendos prostíbulos en Estepona y en el núcleo marbellí de San Pedro Alcántara en Málaga. Las indagaciones policiales se iniciaron hace aproximadamente un mes, al tener conocimiento de que en dos establecimientos, situados en Estepona y San Pedro, dedicados a ofrecer servicios de carácter sexual, habría mujeres extranjeras en situación irregular en España que podrían ser víctimas de explotación sexual y que, además, en ambos lugares se podrían estar suministrando sustancias estupefacientes a los clientes para su consumo.

A fin de esclarecer los hechos, se estableció un dispositivo de vigilancia en torno a uno de los establecimientos, el situado en San Pedro Alcántara, fruto del cual fue detenida una pareja con 14 papelinas de cocaína, varias dosis de hachís, y dinero en efectivo.

Asimismo, se solicitó a la autoridad judicial dos mandamientos de entrada y registro para ambos establecimientos, que dieron como resultado la intervención de distinta documentación relacionada con los delitos investigados, papelinas de cocaína, cuatro teléfonos móviles, ordenadores y dinero en efectivo, además de los arrestos de cinco personas, tres en Estepona y dos en San Pedro Alcántara.

De las pesquisas se dedujo que las víctimas eran de las siguientes nacionalidades: chilena, brasileña, nicaragüense, paraguaya y española. Éstas habrían contactado con la madame respondiendo a anuncios publicitarios o mediante la llamada de teléfono y, tras pasar una pequeña entrevista personal, comenzaban a ejercer la prostitución sin ningún tipo de contrato laboral ni de seguro.

En los prostíbulos había mujeres que realizaban las funciones de encargadas, en turnos de día y de noche, y entre sus tareas estaban, además de la de controlar a las chicas, recibir a los clientes, servirles alguna copa y llamar a las mujeres para se exhibieran ante ellos hasta que elegían a las de su gusto. Luego pagaban.