El juicio contra los dos jóvenes finlandeses acusados del asesinato de Jenna Lepomäki, la joven de 18 años que desapareció el pasado verano y cuyo cuerpo fue hallado en octubre en una finca de Mijas, podría celebrarse en Finlandia, país en el que fueron detenidos poco después de que se hallara el cadáver. Así lo consideran las fuentes policiales y judiciales consultadas por este periódico, aunque desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía no lo confirman oficialmente por estar la causa bajo secreto de sumario.

Desde el alto tribunal sí señalan que esa posibilidad existe gracias a la figura de Eurojust, el órgano europeo encargado de gestionar la cooperación judicial entre los países miembros. A pesar de que el crimen ocurrió en España, se dan todas las circunstancias para pensar en un juicio lejos de Málaga. La víctima es finlandesa, como los cuatro imputados en el crimen, ya que además de los chicos fueron detenidos la madre y el padrastro de uno de ellos por encubrimiento. Además, los presuntos asesinos y la madre de uno de ellos fueron detenidos allí y la policía finesa se hizo cargo de las investigaciones desde que se encontró el cuerpo. Por encima de todos estos elementos se encuentra el hecho de que allí los jóvenes están oficialmente acusados de asesinato desde diciembre, cuando las autoridades finesas recibieron desde España los resultados de ADN de la víctima. Antes del informe, los cargos eran por homicidio, delito que allí se castiga con condenas de entre 8 y 10 años de cárcel. El asesinato se castiga con la cadena perpetua.

La investigación sigue arrojando nuevos datos. Como que el presunto autor material del crimen fue J. P., de 19 años, quien habría contado con la necesaria colaboración de J. L., de 21. El móvil del crimen, que desde el principio apuntó a que la joven murió tras negarse a portar drogas entre España y Finlandia, añade ahora que el porte podría ser de cocaína y anfetaminas. La policía finesa sostiene que no se trataba de una gran cantidad, aunque sospecha que los chicos podrían estar implicados en varios casos similares de tráfico de estupefacientes.

Desaparición. Los jóvenes fueron detenidos el 10 de octubre en la ciudad de Tampere cuatro días después de que la policía española encontrara el cadáver de la chica gracias a una información fiable aportada por la policía finlandesa. El cuerpo mutilado, en parte momificado y quemado, estaba envuelto en un saco dormir y semienterrado en una finca de Mijas. Fue localizado el 6 de octubre y J. K. P., de 48 años e inquilino de la casa, fue arrestado por un presunto delito de encubrimiento. En Finlandia, junto a los jóvenes, fue detenida S. P., de 37 años, pareja sentimental del primer arrestado y madre del menor de los chicos, también por supuesto encubrimiento.

El final de Jenna se inicia el 20 de junio, cuando llega a la Costa del Sol invitada por los acusados aprovechando que la madre de J. P. residía en Mijas con su pareja. Los investigadores sugieren que los jóvenes se conocieron en una red social y que le pagaron el billete. Tras pasar los primeros días en un hostal de Fuengirola, los adultos se marcharon de vacaciones a Finlandia, por lo que Jenna se trasladó a la vivienda familiar. Se supone que allí le hicieron la propuesta y que las relaciones se tensaron tras su negativa. Tanto, que la joven se presentó el 27 de junio en el cuartel de la Guardia Civil de Mijas para denunciar amenazas y agresiones. También dijo que le quitaron el pasaporte.

Dos días más tarde, el rastro de Jenna se pierde. Su móvil no funciona y su tarjeta de crédito no registra movimientos. Los adultos vuelven a Mijas y los dos chicos regresan a su país previo paso por Irlanda. La familia de la chica denunció la desaparición en su país y solicitó ayuda a Interpol y Ayuntamiento de Fuengirola. El 19 de agosto, el Consistorio informó de la desaparición y aportó la versión que siempre dieron los anfitriones de Jenna. Que la vieron por última vez en una fiesta de la que se marchó llorando y diciendo que volvía a Finlandia por una enfermedad de su padre. La familia Lepomäki nunca creyó esa coartada y pidió que investigaran a fondo a los jóvenes, de los que ya conocían sus antecedentes. Los agentes nórdicos analizaron cada movimiento de los chicos una vez que pisaron Tampere hasta obtener el paradero de Jenna.

Hallaron sus restos ocultos en una zona barrancosa y arbolada de la finca de Mijas. Le faltaba un brazo y parte de una pierna, aunque parte del primero lo encontraron en un bidón. La policía cree que la joven murió apuñalada entre el 28 de junio y el 3 de julio y que intentaron descuartizar el cuerpo en la bañera de la vivienda. No lo consiguieron, apostaron por quemarlo y también fracasaron. Finalmente lo dejaron semienterrado en los aledaños de la finca.

El 21 de septiembre, día en el que la joven debió cumplir 19 años, J. L. firmó en el muro de Facebook de Jenna: «Felicidades, donde quiera que estés». Los restos de la joven continúan en Málaga a la espera de los resultados definitivos de la autopsia.