A falta de poco más de diez días para el inicio de la Semana Santa y de la confirmación de las reservas de última hora, los hoteleros y empresarios turísticos prevén buenos resultados para la provincia y especialmente para su producto estrella en estos días, Málaga capital que, en el tramo final de las fiestas podría rebasar ligeramente la ocupación del pasado año, cifrada en un notable 92 por ciento.

De momento, las tendencias de venta se mantienen firmes. La actividad, si se juzga por el nivel de contratación de noches de hotel, se concentrará de nuevo en el jueves, el viernes y el sábado, mientras que decaerá el Domingo de Resurrección, que se ha salido de la inercia del lleno en los últimos ejercicios. «La corrida picassiana no parece lo suficientemente poderosa esta vez para mantener a los turistas», declara Francisco Moro, vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos).

La primera parte de la Semana Santa, esto es, desde el Domingo de Ramos hasta el Miércoles Santo, se postula mucho más débil respecto a la entrada de turistas, con un comportamiento que en algunos casos se asemeja, incluso, al de los periodos no festivos. Las expectativas se asientan en unos resultados finales similares a los de 2011, en los que se obtuvo una tasa de ocupación durante esos días cercana al 75 por ciento. «Depende mucho de la ubicación del establecimiento, hay hoteles que ya están para esos días entre el 60 y el 65», avanza Francisco Moro.

En las jornadas más remarcadas en el calendario, el pronóstico, sin embargo, anda ya en muchos casos por encima del 80 por ciento, aunque, recuerda Aehcos, con plazas todavía disponibles y precios razonables. Los hoteleros confían en las reservas de última hora para cerrar la Semana Santa con una tendencia al alza, aunque reconocen signos que apuntan a una subida en relación a las últimas temporadas. Uno de ellos es la antelación; por primera vez en muchos años se detecta intensidad en la venta anticipada, y, además, se confía en el efecto escaparate de las imágenes malagueñas exhibidas en Madrid durante las Jornadas Mundiales de la Juventud. Según Moro, el clima y una subida eventual en la primera parte de la semana podrían marcar la diferencia entre «una buena Semana Santa» y otra «excepcional», que todavía no se descarta; al menos en Málaga.

La presunción es distinta en otras modalidades de turismo como los establecimientos rurales, que confían en alcanzar los resultados del pasado año, con un 75,8 por ciento de ocupación. Según Monsalud Bautista, de Rural Andalus, los números andan actualmente cerca del 62,6. «Esperamos que se equilibre, aunque es obvio que no se llegará a las cifras anteriores a la crisis», declara.

Donde sí se esperan pérdidas es en las agencias de viajes. Los malagueños, constreñidos por la crisis, optarán esta vez por apurar el sentimiento cofrade y quedarse masivamente en casa. De acuerdo con Joaquín Fernández Gamboa, de Aedav, los viajes contratados descenderán más de 15 puntos respecto al pasado año.