La bolsa siempre es un reflejo de la realidad empresarial y ayer IAG, el holding de la fusión Iberia British, lideró las subidas del IBEX 35. El parqué madrileño saludaba así el nacimiento de Iberia Express, la compañía low cost que empezará a operar, a partir del domingo, volando a cuatro destinos nacionales: Palma de Mallorca, Alicante, Sevilla y Málaga. En la Costa del Sol se sumará a las otras 22 sociedades de bajo coste que tienen como origen o destino el aeropuerto Pablo Ruiz Picasso, que, por cierto, el 5 de abril será 23 cuando Volotea eche a andar. O a volar, mejor dicho.

El mercado low cost atraviesa un magnífico momento de forma, al menos en Málaga: los pasajeros que llegaron al aeropuerto en febrero usando compañías de bajo coste triplicaron a los que lo hicieron usando a las clásicas: así llegaron al destino 172.000 personas en aviones de bajo coste y 53.700 en las sociedades tradicionales.

Y hay más: las 22 empresas low cost que incluyeron a Málaga en sus itinerarios como origen, destino o escala, transportaron en 2011 a 9,34 millones de pasajeros. La reina indiscutible fue la irlandesa Ryanair (2,74 millones de personas), seguida de la inglesa EasyJet (1,67 millones). La primera española, Vueling, sumó 1,07 millones de pasajeros, aunque la compañía nacional, como otras, prefiere denominarse «de nueva generación», pese a que el Instituto de Estudios Turísticos la incluye entre las 31 aerolíneas de bajo coste que operan en España.

Iberia Express tiene previsto transportar 2,5 millones de pasajeros a lo largo de este año en diferentes rutas, tanto nacionales como europeas. En verano, se alcanzarán los 17 destinos.

El consejero delegado de Iberia, Luis Gallego, anunció que mañana se empezará volando a cuatro destinos nacionales, y, de hecho, se va a lanzar una campaña que durará cinco días con ofertas de 25 euros para vuelos peninsulares y Baleares; 45 euros para los vuelos a Islas Canarias –que comenzarán en junio–; y 59 para los europeos, que empezarán a operar entre junio y septiembre. En verano, se operarán 17 vuelos, 12 nacionales y cinco europeos.

En mayo, la aerolínea sumará nuevos destinos desde Madrid a Vigo, Lanzarote, Granada, Menorca e Ibiza, y para junio y julio iniciará sus vuelos a Europa: Dublín, Riga, Nápoles y Mikonos (Grecia). En el mercado doméstico, está previsto que en junio vuelva a los aeropuertos de Santiago de Compostela, Fuerteventura y La Palma; y en septiembre a Ámsterdam.

De cualquier forma, la puesta en marcha de la low cost generó protestas, como ya ocurrió cuando se anunció su nacimiento: cuatro sindicatos presentes en la empresa matriz creen que se van a perder hasta 6.000 empleos con la puesta en marcha de Iberia Express. De hecho, Sepla, Stavla, CNT y CTA-Tierra, las centrales que se oponen al inicio de operaciones de la compañía de bajo coste, anunciaron movilizaciones si no funciona la mediación del exministro de Trabajo Manuel Pimentel. Incluso los pilotos ven con malos ojos a Iberia Express. De hecho, ya hicieron doce días de huelga.

La empresa empieza a operar con cuatro aviones Airbus A320, a los que se unirán otros diez a finales de año. El capital es de 20 millones de euros y los sueldos oscilarán entre los 6.000 euros netos mensuales de los comandantes y los 1.250 de los tripulantes de cabina.

Iberia, por su parte, defiende que la nueva aerolínea permite rentabilizar los vuelos de corto y medio radio y ofrecer tarifas más asequibles. En 2015, el ahorro estimado es de 100 millones de euros por esta nueva empresa. Asimismo, apoyarán a la matriz en su crecimiento en el segmento de largo recorrido.