La pesadilla de la familia Lepomäki parece alargarse. Después de cinco meses esperando los restos de la joven asesinada el pasado verano en Mijas por dos compatriotas, los padres de Jenna recibieron hace unos días una noticia inesperada. Un correo electrónico procedente de España les comunicaba que su hija iba a ser enterrada en Málaga y le adjuntaba un presupuesto que valoraba el entierro en algo más de 2.300 euros.

Según publica la prensa finesa, esta noticia ha provocado la indignación del entorno más cercano a la fallecida, que desde el crimen sólo piensa en recuperar los restos de la fallecida para enterrarla en su país natal. Según ha podido saber este periódico, el Juzgado de Instrucción número 4 de Fuengirola que se hizo cargo de la investigación del asesinato y el Consulado de Finlandia están intentando resolver el asunto lo antes posible.

Las fuentes consultadas aseguran que el interés por que los restos de Jenna vuelvan a Finlandia no sólamente procede de su familia. La policía y la justicia finesa también quieren que el trámite se resuelva cuanto antes, ya que el juicio se celebrará allí con casi toda probabilidad. No obstante, los principales imputados, dos chicos de 20 y 22 años de edad, fueron detenidos en su país meses después del crimen junto a la madre de uno de ellos. La pareja de ésta, que fue detenida en Mijas por presunto encubrimiento, también es finlandesa.

Desde que el cadáver de Jenna fuese encontrado semienterrado y envuelto en un saco de dormir en la finca de Mijas en la que vivía el padrastro de uno de los chicos implicados, los restos han estado en las instalaciones del Instituto de Medicina Legal de Málaga, donde se le han practicado todo tipo de pruebas. Según fuentes judiciales, ayer estaba previsto que llegara a las oficinas del IML la orden para que los restos fuesen retirados, aunque las fuentes no precisaron el destino de los mismos.

El cuerpo de Jenna fue encontrado el 6 de octubre del año pasado. Las policías española y finlandesa creen que fue asesinada entre el 28 de junio y el 3 de julio tras negarse a hacer un porte de droga entre la Costa del Sol y su país y de denunciar su situación ante la Guardia Civil. Ese mismo día fue detenido el inquilino de la vivienda. Cuatro días después fueron arrestados los presuntos asesinos y la madre de uno de ellos en Finlandia.