El empresario Tomás Olivo ha negado este jueves haber maltratado a su expareja y haber instalado cámaras de vigilancia en el domicilio que ambos compartían en el juicio que ha comenzado en el Juzgado de lo Penal número 13 de Málaga, en el que está acusado de delitos de maltrato y revelación de secretos, entre otros.

El acusado ha insistido en que "nunca" hubo maltrato, insultos, ni humillaciones, y en que no instaló sistemas de vigilancia ni hizo que los colocaran en la vivienda en la que residía la mujer. "Jamás le he puesto un dedo encima", ha asegurado, añadiendo que ella "controla sus emociones como nadie" y que intentó ponerse en contacto con él en febrero pasado para que "rompiese el alejamiento".

Ha indicado que ella tenía libertad para comprar, pero en un momento determinado se le limitó "y ahí empezó el problema con ella". Preguntado por el motivo por el que le denunció, el procesado ha asegurado que "yo fui imputado por el caso 'Malaya' y ella dijo este es el momento, entendiendo que yo ya estaba en un procedimiento y no me iba a meter en otro", aludiendo a que previamente pidió dinero.

Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima desde mediados de 2002 hasta septiembre de 2003 y "por motivos de desconfianza hacia la que era su pareja y con el fin de conocer todos los detalles de su vida íntima y privada", en junio de 2003 instaló en la casa de Marbella un sistema de grabación de la imagen y sonido.

Este sistema "le permitió conocer todo cuanto ocurría", señala la calificación inicial, en la que se apunta que con esto el acusado "necesariamente conoció la vida íntima de la empleada de hogar que tenía la pareja", añadiendo que "ninguna de las dos mujeres conocía la instalación de los dispositivos y tampoco consintieron la intromisión en su vida privada".

Asimismo, en junio de 2005, en la vía pública de Puerto Banús, el acusado, en una visita a la hija que ambos tienen en común "y con el fin de atentar contra su integridad física, dio varias bofetadas" a la víctima, delante de la menor, apunta el fiscal, que le acusa de dos delitos de revelación de secretos y uno de maltrato en presencia de un menor, solicitando en total cuatro años y 10 meses de prisión.

Por su parte, su excompañera sentimental, personada como acusación particular, solicita ocho años de cárcel para el empresario, al acusarlo de un delito de maltrato habitual, dos de maltrato en dos momentos concretos; otros dos en presencia de un menor, y uno de descubrimiento de secretos. El juicio continuará este viernes con las periciales.