La Universidad de Málaga (UMA) ha abierto finalmente cinco expedientes disciplinarios a otros tantos alumnos que presuntamente están implicados en la modificación de actas de notas a través del servicio informático de la Universidad. No fue la única decisión que se tomó tras la reunión que mantuvieron representantes de la institución docente con los investigadores policiales.

Según fuentes universitarias, la UMA decidió también presentarse como acusación particular en un caso en el que la policía acusa a los alumnos de los presuntos delitos de daños, intrusismo informático, descubrimiento de secretos, falsedad documental y estafa. La contundencia de las pruebas, según las mismas fuentes, hizo que los responsables de la universidad malagueña decidieran pedir al juez que respaldara las medidas cautelares planteadas por la UMA. Éstas no son otras que la expulsión de los presuntos implicados.

La noticia saltó el pasado miércoles, cuando la Policía Nacional anunció la detención de tres jóvenes y la imputación de un cuarto por presuntamente modificar las actas de notas a través del servicio informático de la Universidad. Según la Comisaría Provincial de Málaga, los hechos comenzaron cuando la Escuela Superior Politécnica e Ingeniería Industrial de Málaga detectó que una de las actas de notas contenía más aprobados de la cuenta. Los números no cuadraban y ante las sospechas los responsables del centro denunciaron el caso ante la policía. En la denuncia, los responsables de la facultad añadieron que habían recibido un correo electrónico que contenía injurias al equipo directivo de la Universidad de Málaga durante el periodo electoral del Rectorado. Con este correo como prueba, el supuesto autor explicó a los investigadores que la cuenta sí era suya, pero que él nunca había enviado esos contenidos.

La investigación arrancó el pasado ? de marzo cuando se comenzaron a filtrar 400.000 conexiones de modificaciones de notas realizadas en el último año. De esta forma, los agentes del Grupo de Delitos Informáticos detectaron un programa de detección y recuperación de claves instalado en un equipo informático de la facultad, comprobando que se había deshabilitado la cuenta del administrador de ese ordenador y su antivirus. Con este procedimiento, los investigadores consideran que los estudiantes habrían accedido a los usuarios y contraseñas de profesores y de personal de secretaría y que después habían modificado diez notas para poner aprobados donde había suspensos. Para no levantar sospechas, no sólo manipulaban en sus propios expedientes, sino los de otros alumnos y de forma aleatoria.

Por todo esto, la policía detuvo el pasado día 5 de marzo a dos jóvenes de 20 y 21 años en las inmediaciones de la universidad, mientras que el día 20 arrestaron a otro estudiante de 20 años. Un cuarto joven también ha resultado imputado. Los responsables del Grupo contra los Delitos Tecnológicos recuerdan la importancia de cambiar con frecuencia las contraseñas informáticas y evitar la apertura de cuentas en equipos ajenos que pudieran estar infectados de cara a mejorar la seguridad.