La Semana Santa que arranca hoy, dejará por las calles de Málaga cera, olor a incienso y algunos puesto de trabajo, aunque según las previsiones, no tantos como en anteriores ocasiones. A los oficios tradicionales de esta época como los bordadores, costureras, floristas o imagineros, se suman nuevas profesiones que han surgido durante los últimos años, en los que se aunan nuevas tecnologías y sentir cofrade.

La crisis, que se ha dejado notar en todos los sectores, no ha repercutido de la misma manera en un segmento tan especializado como éste. Las tiendas de artículos religiosos de Málaga y las empresas que dedican su labor al cofrade durante la primavera, no han percibido el descenso de forma tan acusada. Así lo asegura por ejemplo Miguel Ángel Pérez, propietario de Cartonaje Álamos, la empresa con más antigüedad en la capital dedicada a la fabricación de capirotes. «Los nazarenos suelen renovar cada año el capirote y aunque la crisis apriete, no suelen faltar a la cita con su cofradía», explica el empresario.

Durante el resto del año, la fábrica se centra fundamentalmente en la elaboración de cajas y material de almacenamiento porque como dice su propietario, «Semana Santa supone una gran parte de nuestro trabajo, pero no podemos vivir exclusivamente de eso».

También el capirote es otro de los productos estrella de los comercios malagueños. En el caso de la tienda cofrade El Nazareno, los artículos más demandados en esta fecha como cirios y complementos para el penitente, ocupan una buena parte del volumen de ventas del mes y les sirve para obtener unos ingresos algo más elevados que el resto del año. Los empleados de este local de Carretería dicen que el catálogo de productos es tan amplio como su cartera de clientes, aunque las imágenes de tronos ocupan seguramente el puesto número uno durante todo el año.

Otros años, ésta era una buena época para encontrar trabajo de forma temporal. Según el responsable de Comercio y Turismo de Comisiones Obreras Gonzalo Fuentes, se estima que en esta época del año las contrataciones temporales superen un incremento del 15%. Aunque aseguró que de momento no se pueden hacer estimaciones reales sobre estas cifras, creen que no van a ser tan positivas como en años anteriores, fundamentalmente por el aumento de la «economía sumergida».

Según el responsable de CCOO, «el Gobierno no ha tenido en cuenta la importancia del turismo en la economía española» y el nuevo panorama de recortes, «será la principal amenaza para los empresarios malagueños», concluyó Fuentes.

Las previsiones de UGT son muy similares a las proporcionadas por CCOO. «La tendencia ascendente se ha roto con respecto a otros años», lamenta la secretaria de Empleo y Acción sindical de UGT-Málaga, quien espera «equivocarse» porque desde el sindicato creen que «la reforma laboral repercutirá en un menor número de contrataciones».

Según indicó la responsable, mientras que en otros años se recurría a contrataciones temporales para el sector servicios, esta Semana Santa los empresarios «tienen la posibilidad de tirar de los empleados para hacer horas extras, y ya veremos si se «remuneran convenientemente», aseguró Jiménez.

Hay muchos empleos característicos de la Semana de Pasión, pero también otros que se transforman cuando llega esta época. Éste es el caso de las floristerías que se dedican exclusivamente a los menesteres cofrades durante la Semana Grande. El florista Ángel Giles trabaja contrarreloj en estos días para llegar a tiempo a las veinte cofradías con las que colabora.

Las ocho personas que componen el equipo de la Floristería Andalucía, colocan entre 40.000 y 50.000 claveles en los diferentes tronos. Giles recibe la Semana Santa como agua de mayo, aunque reconoce que la crisis se ha notado mucho en el gasto que hacen las cofradías. «Se ha reducido el número de flores y se buscan flores alternativas, algo más económicas». Aunque tal y como dice el florista malagueño, «no hay ninguna flor realmente económica».

La temporada de Pascua para este equipo de floristas se inicia veinte días antes del Domingo de Ramos, cuando llega todo el ajetreo de pedidos y organización, y es durante los días previos a la Semana Santa, cuando arreglan y limpian las flores que reciben de Holanda, Murcia y Chipiona.

Con mucha antelación también prepara María Domenech los encargos que se le presentan en estas fechas. La modista malagueña y experta en vestimenta religiosa viste desde hace décadas a cofrades, sacerdotes e incluso hasta algunas imágenes de la provincia malagueña. Entre sus trabajos para cofradías consta la túnica procesional de Jesús de la Pasión y el primer manto que lució la Virgen de la Santa Cruz. Desde hace casi veinte años, confecciona los trajes de nazareno de toda Málaga y buena parte de Andalucía, aunque el resto del año tampoco le falta trabajo gracias a los encargos de párrocos y sacerdotes.

Casullas, dalmáticas, mantos, sotanas y túnicas procesionales son algunas de las especialidades de esta veterana costurera, que recibe numerosos encargos sobre todo de la capital, Costa del Sol y la provincia de Granada, «mi último encargo es para el párroco de Guadix», asegura la empresaria malagueña, que «no para nunca, ni ahora ni el resto del año». Con un equipo de cinco personas, María Domenech está especializada en uno de los trabajos más laboriosos y preciados del ámbito religioso, la elaboración de vestiduras que requiere un gran dominio del hilo y la aguja.