Unicaja y Caja España-Duero aprobaron ayer por la tarde en sus respectivos consejos celebrados en Antequera y León las modificaciones de su contrato de integración y esperan ahora las correspondientes autorizaciones administrativas para poder empezar a actuar al fin de forma conjunta, algo que, según explicaron fuentes financieras, ocurrirá en un plazo no superior a tres meses. Sólo entonces se iniciará la andadura conjunta del grupo Unicaja Banco/Banco Ceiss -creados por ambas partes-, que se convertirá por tamaño en el tercer grupo bancario español de cajas y en el séptimo banco estatal, y que agrupará 80.000 millones de euros en activos y un volumen de negocio bancario de 120.000 millones.

Los cambios en el contrato que recibieron luz verde ayer estaban pendientes desde el pasado 16 de marzo, cuando ambas entidades lograron salvar el proceso de fusión modificando el plan económico-financiero de esta operación y solicitando 475 millones en ayudas públicas al FROB para sanear los activos inmobiliarios de la entidad castellanoleonesa. Según lo pactado, Unicaja Banco estará participada en un 70% por Unicaja y en un 30% por Ceiss, que será la entidad que reciba las ayudas para sanear sus activos inmobiliarios, sin afectar las cuentas de la fusión.

Fuentes financieras explicaron que la modificación del contrato supone una «redefinición jurídica» que constituye una «prolongación y consecuencia de la redefinición del proyecto económico que se aprobó el pasado consejo por parte de las dos entidades».

Los flecos del contrato de integración serán cerrados en 75 o 90 días, según otras fuentes, que aseguran que el respaldo del Banco de España a la operación es total.

A la espera de las autorizaciones del Banco de España y del Ministerio de Economía, el grupo, no obstante, está «abierto» a nuevas operaciones de fusión siempre que se mantengan «los parámetros necesarios de solvencia», según admitió ayer mismo el presidente de Unicaja, Braulio Medel, en un acto celebrado en Almería.

Aunque Medel no quiso hablar lógicamente de ninguna opción, los comentarios del sector en los últimos meses señalan dos posibles, Liberbank o Ibercaja, con tamaños de entre 51.000 y 65.000 millones de euros en activos que le permitirían alcanzar un volumen cercano a los 150.000 millones, que es el aconsejado a las entidades por el Banco de España para afrontar con garantías los retos de futuro.

Ahora, la mesa laboral. En el consejo de Unicaja, la aprobación se dio por amplia mayoría aunque con algún reparo sindical a la espera de nuevas reuniones de la mesa laboral. En el consejo de Caja España-Duero (Ceiss) el apoyo fue por unanimidad, según explicó el alcalde de Soria y consejero, Carlos Martínez. El principal escollo allí radicó en la elección de los cuatro consejeros que, junto al presidente Evaristo del Canto, representarán a Ceiss en Unicaja Banco.

Los rectores de Unicaja y Ceiss deberán ahora verse de nuevo con los sindicatos para retomar las negociaciones sobre el excedente de plantilla al que habrá que dar salida para garantizar la viabilidad de la fusión. La propuesta de las cajas es recortar 1.800 empleos, el 20% de una plantilla total conjunta de 9.300 trabajadores (4.694 de Ceiss y 4.621 de Unicaja), a base de prejubilaciones y bajas incentivadas. Los sindicatos ya han mostrado repetidamente su rechazo a esta propuesta. Los contactos se retomarán tras Semana Santa.

El acuerdo no será fácil. Ayer mismo, el secretario general de UGT en Caja España-Duero, Antonio Muñoz, confió en que todos pasen a Unicaja Banco. «Vamos a estar dispuestos a pelear por mantener los puestos de trabajo de todos y cada uno de los compañeros», comentó.

Nueva ola de fusiones. Justo en este momento, la banca se prepara para intensificar la ronda de fusiones ante la dificultad de varias entidades para cumplir por sí solas con las nuevas exigencias del Gobierno. Como estaba previsto, ocho semanas después de que se aprobase la reforma financiera que obliga a la banca a destinar más de 50.000 millones de euros para sanear el riesgo inmobiliario, las entidades han remitido su estrategia al Banco de España.

La intención del Gobierno es que ese saneamiento se realice cuanto antes y así se ha comprometido a hacerlo la gran banca, que saca pecho porque se ve con la suficiente capacidad para hacerlo en solitario y, por tanto, en un solo año. El grupo BMN, liderado por Caja Murcia y Caja Granada, o Liberbank, son los que más papeletas tienen para nuevas fusiones, aunque plantean como primera opción seguir en solitario. BMN mira al Banco de Valencia, que saldrá a subasta, al igual que sucederá previsiblemente con CatalunyaCaixa.