«Los presupuestos son duros, incómodos y desagradables pero hemos tenido que hacerlo porque la alternativa era infinitamente peor». Con esta frase, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió ayer en Antequera las cuentas presentadas por su Ejecutivo para 2012, en una reunión que congregó a todo el comité ejecutivo regional del PP en el Parador de la ciudad, a la que asistieron además el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, y la ministra de Empleo, Fátima Báñez.

«El recorte necesario para reducir el déficit público podría haber sido de 18.000 millones menos este año y de 10.000 menos en 2013, si el anterior Gobierno socialista hubiera cumplido sus compromisos con la UE», añadió Rajoy.

Del mismo modo, el presidente del Gobierno defendió las reformas emprendidas en los últimos tres meses ante el comité ejecutivo del PP andaluz.

Rajoy añadió que, a pesar de la reducción presupuestaria, España tendrá que pedir 60.000 millones de euros, que percibirá en función de las políticas que vaya adoptando. «En 2011, España gastó 90.000 millones de euros más de lo que ingresó. Hay países en Europa a los que ya no les prestan, e instituciones en España a las que tampoco les prestan y a las que no les refinancian sus deudas. Eso es lo que está pasando en España y Europa, y lo que no comprenden quienes nos han traído hasta aquí», señaló.

Entre sus prioridades para los próximos meses, Rajoy estableció la puesta en marcha de la ley de estabilidad presupuestaria, «que comunidades autónomas y ayuntamientos tienen que cumplir, gobierne quien gobierne».

Durante su intervención, Rajoy mandó un mensaje a los socialista y dijo estar sorprendido por la actitud del principal partido de la oposición, al que culpó de abocar al país a la actual situación con sus políticas, y de quienes dijo no esperar «ninguna ayuda».

Rajoy acusó directamente al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de haber incumplido sus compromisos con la Unión Europea, y de no haber acometido las reformas necesarias «para sacar el país adelante», tales como la ley de estabilidad presupuestaria, la controvertida reforma laboral –«que nos coloca en Europa»– o la norma para que las administraciones públicas paguen a sus proveedores.

Apoyo a Arenas. «Nadie pensaba que el PP pudiera ganar en Andalucía, por lo que el esfuerzo no ha sido en balde». Con esta frase el presidente del Gobierno volvió a mandar ayer un mensaje de apoyo al líder del PP Andaluz, Javier Arenas.

Era otro de los objetivos principales de la visita ayer de Rajoy a la ciudad del Torcal. Por ello se mostró firme en sus palabras y dijo: «Se ha trabajado más que nunca, se ha hecho un gran esfuerzo y se han recogido muchos frutos», y añadió que «se ha ganado la batalla en Andalucía».

Arropado por los aplausos de los suyos, Rajoy remarcó que el trabajo del PP andaluz ha sido decisivo para poder estar gobernando en España. «Es fundamental para la gigantesca tarea que tenemos encomendada», dijo el presidente del Gobierno.

Así, Rajoy mostró su propósito de que siga siendo Javier Arenas quien encabece la lucha por el cambio andaluz. «La perseverancia, el esfuerzo y la constancia siempre dan sus frutos en el futuro, lo digo por experiencia propia», añadió Rajoy.

Tras repasar los resultados electorales de las pasadas elecciones autonómicas que dieron más votos al PP que al PSOE, el presidente del Gobierno apuntó que «es el momento de mirar al futuro y ver en qué mejorar».

«Para Andalucía no van a ser cuatro años fáciles, por lo que el PP andaluz debe estar defendiendo las reformas y la modernización de España. Estamos ante un reto grandísimo y hay que trabajar», finalizó Rajoy.