En Málaga no todos predican con el ejemplo. En tiempos de crisis económica, cuando la palabra austeridad es la que más repiten políticos, los ayuntamientos siguen aumentando las partidas destinadas al pago de cargos y órganos de gobierno, en particular, y el gasto de empleados en general. Ello pone a la provincia a la cabeza de Andalucía en el dinero destinado a las nóminas de los órganos de gobierno, el personal directivo y el eventual, que suele ser nombrado por los equipos de gobierno.

Según reflejan las estadísticas de presupuestos de las entidades locales que realiza el Ministerio de Hacienda, en 2010 -último año con datos cerrados- los ayuntamientos de la provincia dedicaron más de 32 millones de euros a ese cometido. De ese dinero, 20,8 millones fueron a los órganos de gobierno y directivos, una partida además que subió más de dos millones respecto al ejercicio anterior.

La llegada de la recesión económica hizo que los consistorios comenzaran a apretarse el cinturón. Y en estos últimos ejercicios se han resentido las inversiones y los nuevos proyectos al tiempo que se iban incrementando los capítulos de gasto en personal. Aunque de ese aumento no se han visto beneficiados todos. Así, si el coste de los altos cargos subió en 2010 no ocurrió lo mismo con el presupuesto destinado al personal eventual, que pasó de 14,6 millones de euros en 2009 a 11,4 millones un año después, o el capítulo de incentivos al rendimiento, que bajó de 44,6 millones a 37,6.

De hecho, una comparativa del último lustro, el comprendido entre 2005 y 2010, permite comprobar que mientras el presupuesto de incentivos y empleados eventuales se ha mantenido en cifras similares, el de altos cargos se incrementó en torno a los siete millones en el global de los consistorios de la provincia malagueña.

Pero lo cierto es que no sólo han crecido las partidas que se llevan las corporaciones y su personal de confianza. En general, en esos cinco años, los ayuntamientos de Málaga han experimentado en sus cuentas un fuerte incremento del dinero que destinan a sus empleados. En el periodo de bonanza económica que trajo el boom inmobiliario fueron muchos los consistorios que ampliaron su lista de trabajadores, tanto los propios como los vinculados a las empresas municipales, en ocasiones incluso de forma desproporcionada en relación a los habitantes que tienen que atender. Así, desde el ejercici de 2005 al de 2010 el capítulo de gastos de personal aumentó en 222 millones de euros en los ayuntamientos malagueños y ese último año éstos ascendían ya a casi 765 millones de euros, si bien en esa evolución se ve la mano de la crisis entre 2009 y 2010, cuando la subida fue ínfima en comparación con el resto de años.

Grandes municipios. Más allá de las cifras globales, no todos los consistorios han aumentado del mismo modo las partidas de personal. Algunos han conseguido mantenerlas e incluso bajarlas, otros las han incrementado. En la capital, por ejemplo, de 2009 a 2010 subió en alrededor de dos millones, para ponerse en 215 millones. También subió en ese periodo en Fuengirola o Ronda. Por contra, descendió en Benalmádena, Mijas, Alhaurín de la Torre, Estepona, Torremolinos o Coín, mientras que se mantuvo en cifras similares en otras grandes localidades como Marbella -que destina 126 millones a ese cometido- o Vélez Málaga.

En el caso de la Diputación Provincial de Málaga, el gasto en personal se redujo en apenas un millón de euros en un año, pero creció de 2005 a 2010 en casi veinte millones, para llegar a los 101 millones.