La crisis afectó con dureza el año pasado a la Sociedad Municipal de Aparcamientos y Servicios (Smassa) que redujo en más de 13 millones su cifra de negocios como consecuencia del bajón en las ventas de plazas aparcamiento, su principal actividad. Finalmente ese descenso en la construcción y venta de aparcamientos le permitió equilibrar sus cuentas al reducir notablemente el gasto en las empresas externas encargadas de las obras. Ello le permitió cerrar el ejercicio con un beneficio de 3,2 millones de euros, una cifra ligeramente inferior a la de 2010.

Las cuentas del pasado año, que acaban de ser aprobadas, reflejan que la actividad principal de la empresa (la construcción y venta de aparcamientos) bajó en picado como consecuencia de los efectos de la crisis.

La empresa sólo pudo terminar e inaugurar un aparcamiento el pasado año, el de Parque Huelin, con 216 plazas; además gracias a ofertas y rebajas ventajosas puestas en marcha a lo largo del año Smassa vendió 275 plazas repartidas en distintos aparcamientos de la ciudad.

Todo ello hizo que la cifra de negocios en 2011 descendiera a los 22,9 millones de euros, un descenso muy considerable respecto a los 36,2 millones facturados en 2010.

¿El motivo principal? La venta de plazas de aparcamientos que se redujo a la cifra de 7,8 millones de euros cuando en 2010 se habían alcanzado en este capítulo los 21,2 millones, que suponía tres veces más.

El resto de los capítulos de ingresos se mantuvo parejo, especialmente los ingresos por la zona Sare y los de la grúa que aumentaron ligeramente respecto a 2010. A su vez los ingresos por aparcamientos de rotación se movieron en cifras casi idénticas a las de 2010, con un ligero descenso de 369.000 euros.

Todos esos capítulos dieron como resultado que los ingresos totales logrados por Smassa durante el pasado año sumaran18,4 millones de euros, con un descenso de casi 13 millones respecto a los 18,4 millones ingresados en 2010.

Ello obligó a la dirección de la empresa, que tiene un 49 por ciento de accionistas privados, a imponer un severo plan de reducción de gastos que permitiera un equilibrio de las cuentas finales.

Ha sido precisamente la disminución a uno solo de los aparcamientos construidos lo que ha permitido la mayor reducción, ya que al no haber adjudicaciones de obras los gastos de contratación se han podido recortar considerablemente, pasando de los 10.7 millones de 2010 a tan solo 2,5 millones, lo que supuso una rebaja de algo más de ocho millones.

En consecuencia también se han reducido los tributos a pagar en más de un millón y se ha arañado en otros gastos como el de personal, o el pago de servicios exteriores, según se detallan en las cuentas.