A pesar de la intermitencia del tiempo Málaga cerró ayer la Semana Santa con un balance positivo y una ocupación hotelera que, entre el jueves y el domingo, se situó en la capital por encima de la previsión del 73 por ciento, según avanzó ayer el presidente de a Federación Andaluza de Hostelería, José Manuel Ledesma.

De acuerdo con el alcalde, Francisco de la Torre, las fiestas han resultado finalmente «muy buenas», con una notable presencia de extranjeros y la coincidencia con la llegada de 30.000 cruceristas. «Cuando el tiempo acompaña el éxito está asegurado», abundó. Además, se mostró satisfecho de la ausencia de incidentes.

El regidor aseveró que la presencia de las cofradías del Prendimiento y de Mena en el vía crucis extraordinario celebrado durante la Jornada Mundial de la Juventud ha contribuido a un mayor conocimiento. Los extranjeros llegaron a suponer el 60 por ciento del total que solicitan información en las oficinas de turismo municipales. El resto son españoles.

De la Torre subrayó el «buen funcionamiento de las servicios municipales» y precisó que, en referencia a 2011, se ha crecido un siete por ciento en el número de pasajeros de la Empresa Municipal de Transportes (EMT).

En estos primeros análisis, el optimismo de la capital, al que se suman las impresiones de la Federación Andaluz de Hostelería, contrasta con el resto del litoral, que, de acuerdo con el colectivo, ha obtenido una ocupación más baja de la prevista. Según Ledesma, entre el jueves y el domingo, los destinos de playa no han completado el 70 por ciento de sus plazas, lo que se achaca al titubeo del tiempo y a la crisis del mercado español.

Ledesma explicó que el mal tiempo reinante motivó también un repunte de la ocupación hotelera en ciudades destinatarias de turismo interior y de naturaleza, como las monumentales Úbeda y Baeza, o la propia capital jiennense, en detrimento del previsto para los destinos de sol y playa, que han recibido así menos turistas de los que se esperaba en un principio.

No obstante, el representante del sector hotelero andaluz matizó que, a nivel regional, no se han producido variaciones significativas respecto a las previsiones iniciales de ocupación, ya que «lo que han ganado las ciudades de interior con las reservas de última hora lo han perdido los destinos de sol y playa», lo que ha provocado que esas oscilaciones imprevistas no hayan alterado sustancialmente el porcentaje final de ocupación hotelera.

Aunque los datos de ocupación de la Semana Santa suelen tomarse como referencia de lo que ocurrirá en el verano, el presidente de la federación quiso lanzar un mensaje de «optimismo», ya que se mostró esperanzado en que, dado que atribuye el descenso de la ocupación hotelera esencialmente al mal tiempo, piensa, «o quiere pensar», que en el verano no se producirá algo similar porque previsiblemente no se dará esa circunstancia.