La Policía Local de Málaga apuesta por hacer que sus servicios sean realmente útiles a la comunidad donde interviene. Con este objetivo se ha creado un grupo de mediación para intervenir y tratar de solucionar los conflictos suscitados entre ciudadanos. La idea de este grupo es intervenir en un problema con la idea de mediar entre las partes en conflicto y hacer que éstas puedan llegar a un acuerdo satisfactorio. Un segundo objetivo sería arreglar el problema antes de que llegue a más y evitar así que se traslade a la vía judicial donde los conflictos se eternizan y crean barreras.

Con estos propósitos, la Policía Local está seleccionando en estos momentos a los agentes más adecuados para grupo. Según explicó el concejal de Seguridad, Julio Andrade, el grupo comenzará a operar a finales de este mes. Para ello un grupo de unos 50 agentes está recibiendo una formación especializada en la intermediación y resolución de conflictos sociales. Se trata, como explicó igualmente el jefe de la Policía Local, Fernando Cerezo, de «profesionalizar» este servicio para ofrecer «garantías de eficacia en la solución de problemas».

Principales conflictos. De ese grupo de 50 se seleccionarán finalmente a unos 20 que son los que en principio integrarán el grupo y que al mando de una oficial intervendrán a instancia de una de las partes o de su entorno.

No se trata de un grupo específico que sólo interviene en situaciones de conflictos. Sus miembros son agentes de la Policía de Barrio donde realizarán diariamente su trabajo y serán llamados en el momento que sea necesaria la intervención en un conflicto.

Andrade explicó que la intervención está limitada a confictos donde no haya indicios de delitos o faltas, pues estos deben resolverse en la vía judicial, es el caso de los malos tratos, por ejemplo.

De forma directa, estos policías podrán intervenir en conflictos vecinales o de convivencia, medioambientales, los relacionados con la utilización de espacios públicos o con la salubridad de las viviendas, entre estudiantes, el propio absentismo escolar, provocados por la exclusión social, por las divergencias culturales, por animales o por la organización de la vida ordinaria de las urbanizaciones.

En todos los casos, recordó Fernando Cerezo, «el proceso sólo se podrá llevar a cabo si las partes aceptan la mediación», ya que se basa en la voluntariedad de las partes». Por ello resaltó también que se trata de una medida «innovadora y necesaria».