Empleado de banca, hermano mayor de la Sentencia a la que llegó por la vinculación de la cofradía con el colegio de El Palo cuando hacían falta hombres de trono, Eduardo Pastor confía plenamente en quienes hasta ahora le han mostrado su respaldo. También es hermano de la Sentencia y miembro de Servitas.

¿Qué le lleva a presentarse para ser presidente de la Agrupación de Cofradías?

Lo que he vivido estos años en la Agrupación me ha dado pie a querer asumir tareas de más responsabilidad. Cuando el presidente anunció que no iba a presentarse a la reelección, hablé con más de 50 personas y denoté que la mayoría veía bien que pudiera optar a la presidencia. Y por supuesto, entonces, nadie me dijo lo contrario.

¿Habló también con Pablo Atencia?

Por supuesto. Y no me dijo nada. Ninguno me dijo que se quería presentar, salvo Antonio Trillo, que ya lo había anunciado. En ese caso, hubiéramos hablado y hubiéramos llegado a un consenso. Estoy completamente seguro. Pero después de dar el paso, difícil, de decidir presentarme, salieron otros nombres. Y si en este momento hay que llegar a un consenso tendría que ser porque yo lo propusiera y no al revés.

¿Cómo definiría lo que está pasando en la actualidad?

Como un proceso complejo. La relación que tengo con todos los hermanos mayores es muy buena, incluido Pablo. Así que no es fácil de llevar que personas que están en tu entorno cofrade, que son amigos, se presenten también. Primero con Eduardo Rosell, con quien tengo una magnífica relación, un miembro de la permanente de la Agrupación que decidiera presentarse y nos tuviéramos que enterar por los periódicos. Pero me chocó más la decisión de Pablo, por hacerlo en plena Semana Santa. Ha habido mucho tiempo para haber hablado.

¿Le sorprendió que Atencia se postulara?

Sí me sorprendió. No me lo esperaba. No tenía ni idea de que podía ser así.

¿Si pudiera rebobinar, cambiaría algo de lo que ha hecho hasta ahora?

Lo he hecho todo con total transparencia y honestidad y hablando con muchísima gente. Tomo la decisión después de hablar con más de 50 personas. Me podía equivocar en uno o dos, pero no en tanta gente. Yo no he dado un paso en falso, sino de manera muy consensuada.

¿Cómo definiría lo que está pasando en la actualidad?

Esto, al final no dejan de ser unas elecciones y cada uno es libre de decir lo que tiene y lo que deja de tener. Yo tengo lo que tengo, y lo tengo firmado. ¿Se puede comprobar? No, porque son firmas privadas, pero ahí están y cuando todo esto se termine, pues se verá.

¿Esas firmas tienen validez?

Son totalmente válidas. Por qué no lo van a ser.

¿Puede que alguien se arrepienta? De hecho, si dice que tenía 29 y ahora le han apoyado públicamente 23... Son seis menos.

Hoy ya pueden ser 25, dos más de forma oficiosa, que aún no puedo decir. Puede darse el caso de que alguno dé un paso atrás, pero no es la gran mayoría. Lo que pasó el pasado jueves confirma que las cifras que manejo se acercan más a la realidad. La reunión del jueves me ha dado tranquilidad y tanto apoyo llega a abrumar y a emocionar.

¿Por qué cree que los cofrades pueden preferirle a usted?

Porque confían en mi compromiso, trabajo y presencia, que es importante.

Imagine que el día 20 de junio sale elegido. ¿Qué es lo primero que va a hacer?

Seguir trabajando como vengo trabajando en la Agrupación. Lo primero que habría que hacer es la permanente, los órganos principales, elegir los vicepresidentes.

¿Tiene muchos compromisos?

A nadie le he dicho nada.

¿Cuáles son las líneas maestras de su programa?

Son varias, pero tengo interés en abrir un debate consensuado y profundo sobre los horarios e itinerarios de las procesiones. Me gustaría impulsar el acercamiento e interrelación de la Agrupación de Cofradías con la sociedad malagueña, aumentando aún más el peso social de nuestra Semana Santa. Estudiaré la contratación para la prestación de servicios de gabinetes profesionales económicos y jurídicos que pudieran ser utilizados por las cofradías. Cambiar el trono del Resucitado o acercar a los jóvenes aprovechando el tirón de la JMJ.