Las calles Ollerías, Parras y Refino ya forman parte del Conjunto Histórico Artístico de Málaga, que la Junta de Andalucía ha ampliado a las zonas situadas fuera de la antigua ciudad amurallada musulmana, en lo que supone la primera ampliación tras la conquista de los Reyes Católicos.

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó ayer los nuevos límites del Conjunto Histórico de la ciudad, que reforma la declaración aprobada en 1985, ampliando a los llamados arrabales y que se sitúan al norte de las calles Carretería y Álamos. Estas calles corresponden a la primera ampliación de la ciudad tras la conquista cristiana, lo que propició la instalación de numerosos conventos de órdenes religiosas en los terrenos situados fuera del antiguo recinto amurallado.

Así, al núcleo de la antigua ciudad musulmana, se unen las calles Ollerías, Parras, de los Postigos, Montaño, Madre de Dios y Refino, que constituyen la nueva trama urbana de la ciudad tras la conquista de los Reyes Católicos. Esto también supone la protección de edificios históricos de gran valor, como la iglesia de San Felipe Neri, la Alcubilla Mayor del Acueducto de San Telmo, la antigua Casa Cuna, el antiguo Conservatorio María Cristina, el Teatro Cervantes y el conjunto de viviendas de la calle Hinestrosa.

El expediente elaborado por la Consejería de Cultura justifica esta inclusión en que «el conocimiento de la ciudad ha aumentado aconsejando una revisión de la delimitación», dando valor a una zona que en 1985 –cuando se aprobó la primera declaración– no había sido estudiada en profundidad.

La nueva delimitación como Conjunto Histórico Artístico también contempla otros cambios, como ha sido dejar fuera el margen derecha del río Guadalmedina. Esto se debe a que el área que se incluyó junto al Antiguo Convento de Santo Domingo hace 27 años, «carece de valores que justifiquen su inclusión», según el informe técnico de la Consejería de Cultura. La demolición de gran parte de las viviendas allí situadas y la reordenación urbana de esta zona sufrida durante los últimos años se encuentra detrás de esta pérdida de valor.

Por último, queda también fuera de este área de protección el puerto de Málaga. Esta decisión, respecto a la de 1985, se justifica en que este espacio pertenece al Estado, por lo que la protección patrimonial «corresponde a los órganos de dicha administración estatal».

A efectos prácticos, la protección urbana que aporta esta declaración no supone ningún cambio respecto a la existente, ya que se incluyó en el actual documento del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), aprobado el año pasado. Así, se insiste en que el entorno protegido «contiene la memoria urbana e histórica de unas arquitecturas y unos espacios en los que es necesario aplicar las medidas de protección con el fin de garantizar su conservación, apreciación y estudio».