­Francisco Oliva cree que José Antonio Griñán no tuvo «nada que ver» con la «utilización mala del dinero» y que hizo lo correcto en no presentar su dimisión.

Por su experiencia como consejero de Trabajo, ¿qué le ha parecido el escándalo de los ERE falsos?

Creo que se ha dejado algo que tenía que haberse controlado más. Aquello empezó con las ayudas a las empresas en crisis, que se dieron desde el comienzo de la gestión de la Junta. Me resisto a creer que el consejero esté metido en esto y pienso que si a mí, después de haber firmado aquello, aparecen dos personas más en las listas, yo seguro que no me hubiera enterado. Después es verdad que no son los ERE solos, sino que había ayudas a empresas concretas que eso ya tiene mucho más subjetivismo, porque las empresas en crisis estaba claro cuáles eran, salían en los periódicos todos los días, y lo que había es que procurar que hubiese el menor coste social y que la empresa pudiera continuar, y eso estaba bien. Ahora, ya, otro tipo de cosas... yo creo que este director general ha sido tremendo.

¿Cree que el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, no pudo enterarse de estos tejemanejes?

Estoy seguro. Hay una actuación del interventor que sí te obliga a modificar el sistema cuando existe una ilegalidad flagrante, pero hay otras que son reparos, muchas veces de tipo conceptual, como que en vez de esta vía hay que coger la otra. Yo creo que no tenía por qué tener que estar enterado Griñán, y desde luego no de los manejos estos. Porque una cosa es si el tema encajaba jurídicamente bien, pero si ese dinero se llega a emplear adecuadamente no hay caso y hubieran dicho que hubo un gasto excesivo. Y ¿quién discutía con los trabajadores que el gasto era excesivo?, pero claro, cuando se empieza descubrir es cuando se ve que se ha utilizado mal el dinero, y yo estoy seguro que en la utilización mala del dinero no tiene Griñán nada que ver.

Por tanto para usted, Griñán hizo lo correcto al no dimitir.

Evidentemente.

A raíz de este escándalo, han vuelto las críticas que hablan del voto cautivo, de los fraudes en el antiguo PER y de la Andalucía subsidiada, ¿qué hay de cierto en ellas?

Yo estoy convencido de que no son ciertas, son generalizaciones. En una mesa de trabajadores del campo no sé el grado de penalización social que tienen estas prácticas pero creo que hay controles más que suficientes. Y, sobre todo, estas críticas son recursos para intentar decir que lo que procede es el pacto fiscal con Cataluña y este tipo de cosas. Y luego el PP, como perdedor de aquí de siempre, no sabe qué hacer. Ahora está insistiendo en las deudas de Andalucía cuando Valencia tiene el doble. No tienen pudor para esas cosas y no lo han tenido nunca.