Los malagueños tienen más de 2.500 millones de euros invertidos de forma directa o indirecta en la Bolsa, un porcentaje inferior al 30% del total de sus activos financieros. Los datos, que se extrapolan de los realizados a nivel nacional por la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) correspondientes a marzo de 2012, indican que los inversores de Málaga cuentan, de forma aproximada, con 1.410 millones de euros invertidos de forma directa en acciones, y con otros 1.120 en fondos y sociedades de inversión que incluyen entre sus productos también valores bursátiles.

El peso de Málaga en las cifras que maneja España en estos conceptos es apenas del 1%, un porcentaje menor que el que, por población y por potencial económico, correspondería de forma directa a la provincia.

«En el norte la cultura de inversión en Bolsa está más arraigada, quizá por un mayor mimetismo con Europa», afirma el director de Renta 4 en Málaga, Feliciano Macías, que añade que, al margen de las cifras, la crisis económica y la crisis del euro han cambiado el perfil inversor.

«Son muchos los inversores que buscan refugio en la renta fija en todas sus modalidades, un producto antes rechazado por su poca rentabilidad», afirma. De esta forma, el inversor medio ha vuelto a interesarse por las Letras del Tesoro, las cuentas remuneradas y la deuda emitida por entidades privadas y comunidades autónomas.

«El objetivo ahora mismo es no perder, dada la situación de los mercados de la economía. La incertidumbre y amenaza de rotura de la zona euro o la especulación de que salieran de ella España, Grecia o Italia hacen huir a los inversores particulares y a los profesionales o gestores de las bolsas de estos países».

Según Macías, a esto se une la difícil situación del mercado de trabajo en España cuya incertidumbre hacer a muchos invertir en productos de renta fija y a corto plazo, menos de un año, para así tener una disponibilidad cercana de su dinero.