No hay nada de síndromes ni de miedo a la antigua ferocidad de la izquierda. Mientras se analizan los últimos datos turísticos, francamente mejorables para la Costa del Sol, el sector observa con nerviosismo las alianzas entre el PSOE e IU para el futuro gobierno de la Junta de Andalucía, que podría reservar para el partido liderado por Valderas– la tercera fuerza más votada en las pasadas elecciones– la gestión de la Consejería de Turismo; una opción que, de momento, está lejos de entusiasmar a la industria, que no se esperaba que se especulara con el departamento, todavía ocupado, aunque de manera interina, por el socialista Luciano Alonso.

El recelo de los agentes turísticos, expresado en conversaciones informales, se asienta, en primer lugar, en la sorpresa. La posibilidad de que IU asuma las competencias turísticas, lo que, por ahora, sólo responde a las propias aspiraciones del partido, ha agitado políticamente a un sector que confiaba, una vez conocidos los resultados de los comicios, en la continuidad de Alonso. Las fuentes consultadas por este periódico temen que un cambio trastorne las medidas puestas en marcha y desplace a la industria de su posición de privilegio en la planificación pública. «Se necesita a una persona experimentada, que conozca lo suficientemente bien el sector como para saber adaptarse a los recortes y los nuevos requisitos», señala Joaquín Fernández Gamboa, vicepresidente de la Asociación Empresarial de Agencias de Viaje (Aedav).

Las preferencias de los profesionales no afloran fácilmente. Los responsables turísticos están acostumbrados a trabajar con líderes de todas las fuerzas políticas; tienen claro que éste, el de la negociación, se trata de un proceso exclusivamente político, en el que prefieren no intervenir. Otra cosas es cuando los micrófonos se apagan. Ahí surgen puntos del consenso en la primera y segunda línea de las asociaciones; la industria está molesta con que el departamento forme parte de la agenda de discusión, lo que considera poco menos que un menoscabo para la principal energía económica de Andalucía. «El turismo no debe ser moneda de cambio», resaltan las mismas fuentes.

Defensa de la preponderancia. La Costa del Sol, aclaran, no congenia en este momento con una Consejería de Turismo regida por IU, aunque no por militancia. Consideran que los intereses del sector deben ser arbitrados por un gobierno fuerte y, en este sentido, recuerdan que, pese a la coalición, el PSOE sigue teniendo más peso representativo en el Parlamento.

José Carlos Escribano, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), es de los que deja la cuestión para la mesa de la discusión de los partidos, aunque reclama una atención preferencial para las necesidades del sector. «El turismo debe tener el lugar que merece y estar en los órganos de decisión de máximo nivel», declara.

Consensos. La candidatura, todavía balbuciente, de Izquierda Unida al departamento se enfrenta, de partida, con el buen predicamento de Luciano Alonso, que aparece nuevamente en las quinielas del PSOE como máximo aspirante a revalidar el cargo. «El consejero ha sabido llegar a consensos y está muy valorado por todo el sector», declara Fernández Gamboa.

Los elogios a Alonso llegan, incluso, de parte de representantes que se han mostrado muy críticos con algunas de sus decisiones. De su gestión, se valora la apuesta por las nuevas tecnologías y la gestión público-privada, además de su capacidad de negociación, precisan las mismas fuentes. Los colectivos no se muestran muy proclives al relevo, especialmente, dicen, por lo que podría suponer para algunos de los programas promovidos en los últimos años. «Imagínese que hay que recortar y se echa mano a los planes y los puntos que no se debe», reseñan.

En este punto es en el que las mismas fuentes demandan continuidad. «Nos enfrentamos a la reducción del presupuesto y la crisis todavía generalizada. No es el momento de hacer experimentos», indican.

Miguel Sánchez, responsable del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), cree, sin embargo, que no es tan importante el candidato como las políticas que se promuevan. Un extremo en el que coincide con Gonzalo Fuentes, secretario autonómico del sector en CCOO, que pone sobre la mesa algunos de los retos a los que se enfrentará el futuro consejero de Turismo: el desarrollo de la ley de la industria, el empleo y la desactivación definitiva de los apuros provocados por la crisis.