«Cuando presentamos el proyecto en TVE se quedaron tan alucinados con la biografía de Jorge Loring que dijeron que podía ser una película de cine, su vida es una historia de aventuras, una vida apasionante», resumía ayer Sonia Tercero, codirectora junto con Susan Youdelman-Azcona del documental Huellas en el cielo, que sigue la pista al poco conocido empresario e ingeniero malagueño Jorge Loring Martínez (1889-1936), que revolucionó la aeronáutica española.

El documental, de 70 minutos y patrocinado por la Fundación Aena, será estrenado mañana viernes a las 17 horas en el teatro Echegaray, dentro del Festival de Cine Español de Málaga.

Gracias al historiador de la aeronáutica Luis Utrilla, que en 1998 publicó la biografía del malagueño, así como al testimonio de algunos de los hijos del ingeniero y expertos, el documental repasa la vida de un visionario de la aviación, que puso en marcha entre los años 20 y 30 proyectos como la línea aérea de dirigibles o zepelines Sevilla-Buenos Aires, que permitía unir los dos lados del Atlántico en tres días y medio.

«El viaje inaugural comenzó en la orilla alemana del lago Constanza, donde estaba la fábrica de zepelines y luego llegó a Sevilla», recuerda Sonia Tercero, que comenta que el documental incluye el testimonio de ese primer viaje a Buenos Aires en el que participó el escritor y periodista Corpus Barga. «En Mallorca hemos encontrado imágenes muy interesantes del viaje en zepelín», cuenta la codirectora, que destaca que también hay fotos del aeródromo construido en Sevilla para la ocasión, en unos terrenos que eran propiedad del torero Ignacio Sánchez Mejías, que también pilotaba aviones.

En la trayectoria de Jorge Loring además destaca la fábrica de aviones que construyó entre Cuatro Vientos y Getafe; de ahí salieron los aviones holandeses Fokker y un modelo con su firma, el Loring-R III. Esta fábrica también produjo algunos de los prototipos del autogiro de Juan de la Cierva y fue de su aeródromo madrileño del que salió, en 1927, el primer avión del puente aéreo Madrid-Barcelona.

«Él estaba viajando el 80 por ciento del tiempo, la familia nos ha proporcionado cartas y tienen una relación extensísima; a la mujer le escribía que estaba en Alemania, Vigo, Italia, Sevilla...», destaca la codirectora.

Jorge Loring Martínez era nieto de Jorge Loring Oyarzábal y Amalia Heredia Livermore, los dueños de La Concepción y primeros marqueses de Casa Loring, además de bisnieto de Manuel Agustín Heredia.

El documental no olvida esta conexión con la historia de Málaga, de ahí que haya rodado una parte en el jardín de La Concepción –«donde él pasaba muchas temporadas y además hemos rodado con Mercedes, una de sus hijas», relata–. El documental también ha sido rodado en el Castillo de Santa Catalina, que fue adquirido por un hermano del ingeniero, Manuel Loring Martínez, marqués de Mieres.

Sonia Tercero resalta el sino de esta familia, que recibió duros golpes de los dos bandos durante y después de la Guerra Civil. De hecho, según explica, a pesar de haber recibido antes de la guerra un «enorme» encargo de aviones de la República y de recibir un diploma de «buen patrón» de sus obreros, parece que un grupo de radicales contratados para ese encargo extra lo secuestró, torturó y mató. Con Franco no fueron muy bien las cosas, por la cercanía de los Loring con la monarquía e impidió que los sucesores de Jorge Loring fabricaran aviones: Tuvieron que dedicarse a hacer muebles, furgonetas y los camiones Avia. «Les dieron por todos lados, les tocó sufrir», resume.

El documental incluye películas y fotografías muy valiosas de la historia de la aviación que podrán verse mañana en el Echegaray. Jorge Loring y su mujer, Montserrat Miró, tuvieron 8 hijos, de ellos, 7 son religiosos (dos jesuitas y cinco monjas de la Asunción). El nonagenario padre Jorge Loring es hoy una autoridad mundial sobre la Sábana Santa de Turín.