Los municipios malagueños están buscando ingresos para sanear sus castigadas cuentas. Su principal arma es el incremento de la presión fiscal, con subidas de los impuestos directos y tasas, sobre los que tiene competencia para actuar y que les permite cierta independencia económica.

Más de la mitad de los municipios de la provincia (56) incrementan sus ingresos desde 2008, cuando la crisis estaba dando sus primeras indicios, según datos del Ministerio de Economía y Hacienda sobre la liquidación de presupuestos de los ayuntamientos malagueños.

Las cifras son incontestables. Los consistorios de la provincia recaudaron un 12,3% más en 2010 que dos años antes, con 2.401 millones de euros disponibles en su arcas. No obstante, estos datos tienen sus matices. Es verdad que las transferencias corrientes provenientes del Estado y de la Junta experimentaron un incremento del 155,2% en este periodo, fruto de la aplicación de los distintos planes de empleo (Plan E y Memta) que aportaron una importante inyección económica a los municipios. Sin embargo, estas partidas apenas representaron el 12% del volumen de ingresos de los municipios, que se apoyan fundamentalmente en cuatro pilares principales: impuestos directos, transferencias corrientes, tasas y pasivos financieros.

Precisamente los impuestos directos y las tasas son las que dependen más directamente de su gestión, ya que el ayuntamiento puede decidir su política de recaudación. En el caso de las transferencias corrientes, éstas vienen condicionadas por la participación de los ingresos del Estado, que en estos últimos años han bajado de forma considerable, mientras que los pasivos financieros hacen referencia, fundamentalmente, a los préstamos ejecutados durante un año y que entre 2008 y 2010 cayeron un 34,9%.

Más presión. Los malagueños han tenido que hacer un esfuerzo suplementario para atender la presión fiscal de sus ayuntamientos, que han subido sus impuestos directos y cobro de tasas y multas. Esto se refleja en el hecho de que si cada malagueño aportaba 606 euros al año a los municipios por estos conceptos en 2008, dos años después tuvo que desembolsar 54 euros más y sumaba 660 euros de pagos a los ayuntamientos por cabeza.

Los impuestos directos son los que más han subido en este periodo, según los datos aportados por el Ministerio de Economía y Hacienda, al crecer un 16,7% la recaudación por este concepto.

Aunque los municipios no controlan totalmente estos gravámenes, sí tienen capacidad de decisión sobre un porcentaje importante de la recaudación del el IBI, el IVTM y el IAE, fundamentalmente. En total, esta vía de ingreso representa 753,7 millones de euros para las arcas municipales en 2010, 108 millones más que en 2008 con el inicio de la crisis.

En el caso de las tasas municipales, donde la decisión de su subida en totalmente municipal, nos encontramos con precios sobre servicios públicos municipales, recaudación por multas, licencias municipales, suministro de agua, basura, ocupación de la vía pública, licencias de urbanismo y una larga lista de elementos propios de la gestión municipal.

La recaudación que corresponde a estas medidas creció un 14,9% entre 2008 y 2010, alcanzando los 365 millones de euros recibidos, 48 millones de euros más que en 2008.

Aquí los incrementos en la recaudación se aprecian especialmente en 34 municipios de la provincia, alrededor de un tercio del total y que corresponden en gran parte a ayuntamientos medianos y grandes.

Entre los municipios con mayores incrementos por este concepto destacan Mijas, con una subida de la recaudación en las tases del 203% (de 12,6 a 38,2 millones), y Vélez Málaga, con un crecimiento del 202% (de 7,4 a 22,7 millones). Pero más allá de estos casos, que se sitúan fuera de toda escala, en el mismo periodo de 2008 a 2010 se registraron también importantes incrementos en la recaudación de los ayuntamientos de Antequera con un 62,5% más de ingresos por tasas (pasaron de 2,4 a 3,9 millones); Marbella, con un 58% (de 34,2 a 54,2 millones); Cártama, un 37,3% (de 1,6 a 2,2 millones); y Manilva, que creció un 32,8% (de 6,4 a 8,5 millones).

Estos aumentos vienen a compensar la caída de los impuestos indirectos, que también tienen cierto peso en los ayuntamientos como complemento de las cuentas. Esta fuente de ingresos se ha visto muy perjudicada con la crisis, ya que está vinculada directamente con el consumo, por lo que cayeron un 20,7% en el periodo estudiado, dejando de aportar más de 25 millones de euros a la financiación municipal. No obstante, las perspectivas económicas negativas harán que se mantenga esta tendencia recaudatoria.