El anuncio el pasado 23 de abril del subdelegado del Gobierno, Jorge Hernández Mollar, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, de que la Subdelegación desalojará en dos meses el campamento «okupa» de los Baños del Carmen, de acuerdo con el Ayuntamiento, ya está produciendo un aumento de personas desde el pasado fin de semana, confirmó ayer a La Opinión Manuel Fernández, vigilante del antiguo camping desde hace 27 años.

«Está llegando más gente con mochilas y no se ha marchado por la noche», explicó, al tiempo que señaló que uno de los miembros más antiguos del campamento «me contó que está llegando gente nueva y hasta me dijo que teme que algunos de ellos sean delincuentes», señaló ayer a la entrada del antiguo camping del Balneario.

Para Manuel Fernández, la llegada se explica por el efecto llamada. «Aquí está entrando gente porque piensa que cuando desalojen todo les van a dar albergue, por eso les he dicho a los más antiguos que no llamen a nadie porque eso al final les va a perjudicar», resumió.

Por su parte Adolfo García, de la asociación de vecinos de Pedregalejo, declaró a este periódico que según testimonios de los vecinos más próximos al campamento de los indigentes, «hemos comprobado que han plantado una tienda de campaña más que antes no estaba».

Además, según confirman tanto el vigilante como el representante vecinal, el pasado fin de semana volvió a producirse la intervención de la Policía Nacional por una trifulca en la que a una de las indigentes le arrancaron un piercing. «Vi que se cruzaba a gran velocidad un coche de la Policía Nacional y a los 30 segundos llegó el 061», comentó Adolfo García, quien pudo hablar hace unos días con uno de los indigentes más veteranos del campamento «y me enseñó un navajazo que le dieron en el brazo».

El portavoz de la asociación de vecinos lamentó la forma en la que la Subdelegación del Gobierno y el Ayuntamiento han dado a conocer la intención de desalojar el campamento, que según calcula Manuel Fernández, este verano cumplirá cinco años en terrenos del Balneario del Carmen.

«Podían haber acordado el desalojo pero sin bombo y platillo, con los servicios sociales comunitarios y seguramente ya estaría en vías de solucionarlo», destacó Adolfo García, quien manifestó que si continúa el efecto llamada, «las 30 o 40 personas pueden pasar a ser 100 en mes y medio y a ver quién las mueve». El portavoz vecinal señaló que si sigue esta tendencia, «unos llegarán por necesidad y otros para que se les solucione la papeleta» y las administraciones les busquen un sitio en el que vivir.

El pasado 27 de abril, unas 30 personas de colectivos ciudadanos de Pedregalejo y El Palo pidieron frente al campamento de los «okupas» una solución para esta zona y que no se abandone el proyecto de regeneración del Balneario.