La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) presentó ayer en Málaga el texto de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que quiere llevar al Congreso mediante la recogida de 500.000 firmas ciudadanas en toda España, y que plantea como medida estrella la dación en pago retroactiva como medida obligatoria para los bancos. Además, también se reclama la paralización inmediata de los desahucios y se exige a los bancos que acuerden un alquiler social con el afectado por un periodo de 5 años desde la fecha de adjudicación y con una renta mensual no superior al 30% de sus ingresos.

En una asamblea celebrada en el Centro Cívico y a la que acudieron más de un centenar de afectados, la abogada de la PAH en Málaga, Sara Vázquez, recordó la dramática situación que sufren las miles de familias que se han quedado sin hogar por la imposibilidad de hacer frente a su hipoteca, tras haberse quedado alguno de sus miembros (o todos ellos) en el paro.

Unos 68 propietarios de viviendas en Málaga son desalojados de sus casas cada semana, según los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y la estadística revela que el problema no sólo no remite sino que va en aumento. En Málaga, la cifra de lanzamientos judiciales -como se conoce técnicamente al desalojo de la vivienda por orden del juez - ascendió en 2011 a 3.280 casos, con una subida del 35% sobre el año anterior. Los lanzamientos han subido un 224% con la crisis. En 20088 sólo hubo 1.010 de estos casos.

Por otro lado, el dato de ejecuciones hipotecarias de 2011 en Málaga -cuando la entidad financiera reclama todo el importe del préstamo hipotecario al propietario que ha dejado de pagar-, sigue estando a niveles altísimos, más del triple que los 1.140 casos de 2007.

Una verdadera pesadilla. Vázquez detalló la pesadilla a la que se enfrentan los que dejan de pagar la hipoteca. A los tres o cuatro meses de recibos acumulados sin pagar, el banco pone en situación de mora al cliente. El afectado puede tratar de negociar un periodo de carencia, aunque debe ser consciente de que al final terminará pagando más en intereses. También el banco puede negarse a negociar y poner la correspondiente demanda ante el juez solicitando la ejecución hipotecaria.

El cliente se ve entonces abocado a asistir a la subasta de su piso en un plazo de siete u ocho meses, aunque aquí viene lo peor: el banco suele sacar con la subasta sólo un 60% del precio de tasación con lo que el hipotecado, además de perder su vivienda, le sigue debiendo a la entidad el 40% del importe total (ese punto es que el se quiere evitar con la dación en pago, para que la deuda quede saldada completamente con la entrega del inmueble). Finalmente, tras la subasta, se produce en un plazo de 30 días el lanzamiento de la vivienda.

Según Vázquez, se están dando incluso casos de vía extrajudicial por la que el banco subasta el piso a un coste nimio reclamando toda la deuda al cliente.

A la asamblea asistió el Defensor del Ciudadano de la Diputación de Málaga, Francisco Gutiérrez, que apoyó las peticiones de la PAH. «Nos parece impresentable que España sea el único país occidental que no contempla la dación en pago. El año pasado se aprobó un decreto fomentado esta iniciativa, pero se deja a la buena voluntad de los bancos, y debe ser algo obligatorio», apuntó. Gutiérrez afirmó que la enorme cifra de viviendas vacías propiciada por los desahucios no es tampoco un negocio para las entidades, por lo que urgió una solución a este problema social.

«Hay que buscar salidas razonables. Una familia afectada por el paro no es capaz de pagar 800 euros de hipoteca pero sí podría pagar 300 de un alquiler. Tratemos entonces de hacer alquileres sociales para esos casos. El banco se queda el piso pero la familia sigue como inquilina», comentó. Su oficina ha mediado ya en varios acuerdos de alquiler con opción a compra, salvando a la familia del desahucio.

«Lo de los bancos es demencial». ­José Manuel González trabaja como autónomo, pero su sueldo, con la crisis, no le da para pagar la hipoteca, de la que aún debe 228.000 euros, y vivir. Negocia un periodo de carencia pero no está seguro de obtenerlo. Con dos hijas, se teme lo peor por lo que ya está arreglando la casa de sus padres en Churriana por si pierde su piso. «Esto es demencial. Los bancos te exprimen sin alternativas».

«Esto nos puede pasar a todos». ­Sergio Delgado está en la peor situación. Espera un inminente desahucio este mismo mes que sólo podrá evitar con un acuerdo extremo con el banco. Tenía una empresa pero tuvo que cerrar y no pudo hacer frente a la hipoteca. Con dos hijas, vive una situación límite. «No se trata de una cuestión de clases. Nos puede pasar a cualquiera; necesitamos una solución», explica en apoyo de la PAH.

«Logré la dación; es un privilegio». ­Valentina Slipchenko, ucraniana residente en Málaga, vuelve a sonreír tras meses de angustia. Su banco ha aceptado la dación en pago de su vivienda. Trabajadora de hostelería, se quedó en paro en 2010 sin poder hacer frente a la cuota mensual de 770 euros. Con el acuerdo sólo tendrá que pagar 6.000 euros al banco en cómodos plazos mensuales. Ahora vive de alquiler. «Me siendo una privilegiada; había perdido hasta las ganas de vivir», apunta.

«Hay que luchar con el banco». ­Vivía en una casa de Alhaurín de la Torre con una hipoteca de 120.000 euros pero la crisis hundió su negocio, una cafetería, y comenzó a pasarlo mal. Francisco Martín se queja de las prácticas bancarias y de los años en que estuvo pagando altísimos intereses sin amortizar capital. Afortunadamente, logró la dación en pago con la ayuda de la PAH. «Hay que luchar con el banco. Una y otra vez», dice. Ahora vive de alquiler y asesora a otros afectados.