La escasez de recursos obliga a forzar la imaginación para buscar nuevos mecanismos que permitan dar respuesta a las necesidades ciudadanas. Es así como el Ayuntamiento y la empresa Cemusa, que gestiona el mantenimiento, publicidad y conservación de las marquesinas y postes de la Empresa Malagueña del Transporte (EMT), han llegado a un acuerdo para la modificación del contrato que data de 2006, de tal manera que el canon de 4,5 millones de euros que la empresa concesionaria paga anualmente al Ayuntamiento, se repartirá la mitad en dinero y la otra mitad en especies, lo que se traducirá en nuevas marquesinas de autobús en la ciudad, así como la puesta en marcha de un sistema de préstamo de bicicletas, según explicó ayer el concejal de Movilidad y Transportes, Raúl López, tras la reunión de la junta de gobierno que dio el visto bueno a la modificación del contrato.

En concreto, la modificación del contrato supondrá en los próximos tres años 86 nuevas marquesinas –26 dobles, de ocho metros de longitud, y 60 estándar– , 75 nuevos postes de parada con iluminación interna, además se dotará a las paradas de autobuses de más de 100 nuevos paneles de aviso de tiempo de llegada del próximo autobús, que se sumarán a las cien que ya existen llegando a sumar 200 en la ciudad y 5.000 etiquetas braille en las marquesinas con información para invidentes. A ello se unirán dos casetas de control para los inspectores de la EMT y ocho aseos para conductores.

Red de bicicletas. De otro lado, el acuerdo contempla que en el mismo periodo de tres años la ciudad cuente con 400 bicicletas para uso de los ciudadanos que serán distribuidas en 16 puntos de estacionamiento, junto a las paradas de autobús más importantes pero cuya ubicación exacta está aún por determinar.

El sistema, que se activará con la tarjeta bus, aprovecha la red de carriles bici para el desplazamiento entre estaciones. Con esta iniciativa se pretende hacer más atractiva la oferta de transporte público y su esquema de trasbordos, al incorporarse la bicicleta al resto de modos de desplazamiento actuales.

El usuario del transporte público tomará la bicicleta después de bajar del autobús, en un punto cercano a la parada y se desplazará en bici hasta su destino final, debiendo anclar la bici a otra estación. Se prevén desplazamientos de pocos minutos, por lo que la bici queda a disposición de otro usuario rápidamente.

El sistema garantizará el uso responsable del medio que se pone a disposición del usuario, por lo que más que cobrar una cantidad por su uso, lo que se pretende principalmente es optimizar el tiempo, por lo que se establecerá un límite, por ejemplo una hora. Además todos los usuarios requerirán una identificación previa al uso del sistema, y será necesario el depósito de una fianza en la oficina de la EMT en la Alameda.

El sistema será compatible con la tarjeta bus de la EMT, que desarrollará un sistema para que con la misma tarjeta bus se pueda acceder a través del mobiliario urbano a la obtención de la bicicleta.