La Audiencia Provincial de Málaga ha sentenciado a un total de 44 años de cárcel y a pagar multas que suman los 3,6 millones de euros a los ocho integrantes de una red que enviaba a indigentes de la capital malagueña a Argentina para que recogieran cocaína y luego la introdujeran en España. Seis miembros del grupo son españoles, incluyendo a tres de los correos, y los cabecillas son nigerianos.

Según consta en el apartado de hechos probados de la sentencia, a la que tuvo acceso La Opinión de Málaga, «desde el verano de 2009, los procesados se vienen dedicando al transporte de cocaína desde Sudamérica para su distribución ilícita a terceras personas».

En concreto, M. M. y C. C., «los principales responsables de la operación, se encargarían, en coordinación con personas desconocidas que operarían en Argentina y dispondrían de la droga, de tramitar lo necesario» para que personas que estaban muy necesitadas, «por encontrarse próximas a la indigencia, viajaran a esos países para traer luego, oculta en su equipaje, la sustancia estupefaciente». Incluso, se encargaban del alojamiento de los correos hasta su salida del país, de comprar los billetes, reservar el hotel en Sudamérica y tramitar el pasaporte cuando fuera necesario, considera probado el tribunal.

«Para la captación de esos correos, actuando como intermediarios entre los indigentes y los cabecillas, M. M. utilizaba indistintamente a la madre de su compañera sentimental, M. J. M., a M. A. L. y a C. C.». Éstos recibían una remuneración económica «por cada persona que traía la droga y la entregaba sin contratiempos». En todos los casos, «los correos eran por tanto contratados en Málaga, bajo la supervisión de M. M., quien luego se encargaba de llevarlos a Sevilla, donde reside C. C., quien se encargaba entonces de tramitar la documentación y organizar el viaje hasta Madrid y, de allí, a Buenos Aires», aclaró.

Seguimientos. Con las vigilancias y seguimientos del Grupo I de Estupefacientes de la Costa del Sol, se pudo saber que a finales de agosto de 2009 M. A. L. contactó con uno de los indigentes, a quien convenció de que viajara a Sudamérica «para traer la droga a cambio de dinero». M. A. L., M. J. M. y M. M. viajaron a sevilla y dejaron al correo en el hotel Virgen de los Reyes bajo la protección de C. C., quien se encargó de darle dinero, facilitarle ropa y ayudarle a tramitar su pasaporte. Se fue a Madrid en autobús, y voló hacia Buenos Aires. Al volver, el 7 de septiembre de 2009, la policía destinada en Madrid-Barajas descubrió que traía cuatro kilos de cocaína en el doble fondo de otros tantos cuadros.

Se identificó a otros dos correos como M. M. B. y J. L. N. Este último fue detenido en Buenos Aires, dice el tribunal, el 9 de septiembre de 2009 con seis kilos y medio de cocaína.

También convencieron a una pareja de indigentes de que viajara a Buenos Aires para traer cocaína a cambio de 5.000 euros cada uno. Así, en septiembre de 2009 se desplazaron a Sevilla, y obtuvieron el pasaporte y el dinero bajo la supervisión de C. C. Partieron hacia la capital argentina, de donde volvieron el 22 de septiembre de 2009 llevando más de ocho kilos de cocaína en el doble fondo de cuatro cuadros, «en el interior de tres cajas de cartón que aparentaban contener whisky, y dentro de dos latas de atún».

En el momento de su detención, el cabecilla, M. M., portaba tres teléfonos móviles, mientras que en su casa tenía aún más. Su compañero, C. C., llevaba 700 euros en efectivo, mientras que en su domicilio se intervinieron 2.750 euros en metálico. Éste carece de trabajo lícito «o ayudas de ningún tipo, por lo que el dinero era producto de la actividad a la que se dedicaba».