Técnicos de la Delegación de Cultura de la Junta visitaron ayer la Cueva del Tesoro acompañados por representantes del Ayuntamiento de Rincón de la Victoria, entre ellos la concejala de Turismo, Marta Marín, para comprobar las denuncias de avance del mal verde hechas por los propietarios de este Bien de Interés Cultural (BIC) , la familia Laza, que estuvo representada por Manuel Laza Zerón.

También asistió a la visita, que duró más de dos horas, el arqueólogo Rafael Maura, coautor del estudio Prehistoria en las Cuevas del Cantal, publicado en 2007.

Manuel Laza, que la semana pasada volvió a denunciar en La Opinión el mal estado de la cueva y la falta de medidas para frenar el mal verde –una conjunción de hongos y bacterias que destruye la piedra de la cueva, en la que hay pinturas de hasta 30.000 años de antigüedad– resaltó la «prontitud» de reacción del delegado de Cultura, Manuel García, e informó de que tras la visita, antes de emitir un informe la Junta, se reunirá con el Ayuntamiento de Rincón.

El portavoz de la familia destacó además la preocupación del arqueólogo Rafael Maura, que en algún caso indicó a los técnicos de la Junta las zonas en las que el mal verde se encuentra a pocos centímetros de pinturas rupestres. «El mal verde está mucho más crecido que cuando Rafael Maura hizo el estudio en 2007», resumió.

Manuel Laza aprovechó la visita para plantear que erradicar esta plaga «no costaría más de 40 o 50.000 euros». Con respecto a la responsabilidad sobre el estado de la Cueva del Tesoro, explicó que «la tiene la familia pero como está gestionada por el Ayuntamiento, en el propio contrato de arrendamiento admite la responsabilidad de velar por lo que gestiona». Por último, lamentó que a este BIC le hayan retirado su letrero identificativo a la entrada de la cueva.

La semana pasada la concejala de Turismo, Marta Marín, señaló a este periódico que el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria ha solicitado este año una subvención a la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía de 755.000 euros para acabar con el mal verde y está a la espera.