El jefe de Infecciosos de Carlos Haya, Juan de Dios Colmenero, incide por su parte en las infecciones que afectan actualmente a las personas adultas en Málaga.

¿Estas enfermedades, el sarampión, la tos ferina o la escarlatina están teniendo incidencia en adultos?

En adultos se dan casos esporádicos de esas enfermedades en personas que proceden de países donde los calendarios de vacunación no se ejecutan de forma ortodoxa y ocasionalmente en personas autóctonas que no se han vacunado o en las que la inmunización no ha sido adecuada. Pero no hay muchos casos en adultos, no es significativo.

¿Y de tuberculosis?

La tuberculosis nunca ha desaparecido, no ha reemergido, hay una incidencia levemente decreciente y que se mantiene en unos niveles de en torno a 15 ó 20 casos por cada 100.000 habitantes. Es cierto que la mayoría de los casos se acumulan en personas cuyas condiciones son desfavorables y en pacientes inmunodeprimidos.

¿Hay alguna enfermedad erradicada en adultos que haya vuelto a aparecer o cuya incidencia haya aumentado?

Las enfermedades de transmisión sexual. Donde hay un aumento de incidencia claro es en las enfermedades de transmisión sexual como la gorronea, la sífilis... y esto impacta en el VIH.

¿Esto a qué se debe?

Se debe a que el miedo al VIH ha disminuido y hace que la gente tome menos medidas profilácticas de barrera pensando en que el riesgo ha disminuido. Tanto a nivel nacional como autonómico el número de casos de enfermedades por transmisión sexual ha aumentado. Otra enfermedad que no ha descendido, como cabría esperar, es la hepatitis B, enfermedad que habiendo métodos para prevenirla, vacunación eficaz, no desciende de la forma esperada. Esto podría tener que ver con la baja sensibilización con las medidas de protección de enfermedades venéreas ya que la hepatitis B también se transmite por vía sexual.

Y en cuanto a enfermedades importadas por la población extranjera...

No es relevante. El inmigrante no supone un riesgo sanitario excepto en colectivos muy concretos donde hay que chequear la presencia de tuberculosis y VIH.

¿Hay alguna enfermedad importada especialmente preocupante o frecuente?

Todas las enfermedades importadas se ven ahora con menos frecuencia porque la inmigración ha disminuido de forma notable. Enfermedades que antes veíamos esporádicamente, pero no raramente, como esquistosomiasis, filariasis, se ven menos porque hay menos inmigrantes del África subsahariana y de América Latina. Tampoco es que se vieran con profusión pero se veían todo tipo de patología importada. El paludismo, sin embargo, sí se mantiene de forma sostenida y éste no ha bajado, porque aunque hayan disminuido los inmigrantes los viajeros están estables.

¿Alguna otra cuya incidencia sea notable?

No, que se mantenga y sea prevenible la hepatitis B, que tiene prevención primaria y no disminuye al ritmo deseable para las medidas que se disponen.

¿Qué hacer para evitar estas enfermedades sexuales?

Tanto la gonorrea, como la sífilis y el VIH son un riesgo inequívoco cuando se mantienen relaciones no protegidas. Se dan casos especialmente en hombres que mantienen relaciones con hombres, ahí es donde estamos viendo más contagios de sífilis y VIH. Estas enfermedades no tratadas correctamente pueden tener trascendencia.