Cuatro hombres se enfrentaran a una petición global de 80 años de prisión por asesinar presuntamente el 12 de marzo de 2011 a un hombre en venganza por un incidente ocurrido la noche antes en una discoteca de Málaga.

Por su parte, la fiscalía malagueña ha solicitado para los cuatro procesados (dos colombianos, un paraguayo y un dominicano) 52 años de cárcel por un delito de homicidio, según el escrito acusatorio, al que ha tenido acceso Efe.

El juicio comienza mañana en la Sala de Jurado de la Audiencia Provincial de Málaga y las dos acusaciones comparten que los acusados han incurrido en la circunstancia agravante de abuso de superioridad y que deben indemnizar a los familiares de la víctima, entre ellos tres hijos, dos de ellos menores de edad y a la madre del fallecido.

El crimen fue cometido en la Plaza Murillo Carreras de Málaga después de que la víctima se viera rodeada por los acusados y dos menores, que ya han sido condenados a un total de seis años de internamiento en un centro de régimen cerrado.

La acusación particular, ejercida por el letrado Oscar Chicharro Arcas, mantiene que los procesados se pusieron de acuerdo y actuaron "movidos por el ánimo de atentar contra la vida y como represalia de un incidente ocurrido la noche anterior en una discoteca".

La víctima intentó mediar pacíficamente para evitar cualquier altercado pero derivó en una agresión contra su persona al defender a un amigo.

En un determinado momento se vio presuntamente rodeado de los procesados que llevaban cuchillos de grandes dimensiones y tras golpearlo, uno de ellos le propinó un navajazo a la altura del abdomen que le causó la muerte, según el escrito acusatorio.

La víctima no pudo defenderse debido a que "le fue imposible ante el elevado número de agresores y ante el hecho de que no portaba ni cuchillo ni ningún instrumento de defensa que pudiera utilizar".

A consecuencia de los hechos, la víctima sufrió una herida inciso-punzante monocortante en abdomen, que le afectó el hígado, vesícula, páncreas y estómago, que desencadenó un choque hipovolémico que le produjo la muerte así como otras heridas y hematomas en diversas partes del cuerpo.

A continuación todos ellos se fugaron no sin antes intimidar a los demás con sus armas para impedir que solicitaran auxilio policial o asistencia médica, llegando uno de ellos a señalar que no le importaba matar a otro.

Entre los procesados por esta causa se encuentra un chico de 19 años que "se jactó de lo ocurrido" por su teléfono móvil mientras huía en un autobús con destino a Madrid y la conversación fue escuchada por otro viajero, casualmente un policía de paisano que alertó al 091.

Debido a ello, el joven fue arrestado nada más pisar la estación de autobuses de Madrid, donde le esperaba un dispositivo del Cuerpo Nacional de Policía avisado por el agente de paisano, que viajaba en el asiento contiguo y que alertó a la Policía por medio de mensajes de teléfono.

Los familiares de la víctima han asegurado a Efe que sólo piden justicia y que los responsables del crimen no sólo sean condenados sino que cumplan las penas integras que se les impongan