Los abuelos pueden ser el último bastión para que las nuevas generaciones recuperen la dieta mediterránea, paulatinamente olvidada por los padres, ya que uno de cada dos mayores fomentan un alimentación equilibrada entre sus nietos.

Esta es una de las principales conclusiones del primer estudio sobre la influencia de los abuelos en la alimentación de los niños, realizado por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad), que fue presentado ayer junto a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan), con motivo del Día Nacional de la Nutrición.

El estudio revela que más de la mitad de los abuelos son los responsables de una de las comidas o cenas de la semana de sus nietos de forma habitual y más del 50% cree que la dieta que tuvieron ellos era más sana que la de ahora. Dos de cada tres abuelos preparan a los nietos su comida habitual y los pequeños se adaptan a esta dieta.

El estudio pone de manifiesto que los hábitos alimentarios de los abuelos españoles siguen siendo sanos. Como media, los encuestados ingieren aproximadamente 3 piezas de fruta al día, comen pescado cerca de 3 veces a la semana y verduras unas 4 veces, y en su dieta diaria no hay exceso de alimentos con grasas saturadas.

Los nuevos ritmos sociales por la incorporación de la mujer al trabajo impiden planificar los menús lo que lleva, por ejemplo, a la eliminación de las legumbres de la dieta, ya que hay que ponerlas en remojo un día antes.

El presidente de Fesnad, Jordi Salas-Salvadó, destacó que el nuevo modelo familiar ha producido una «ruptura» en el aprendizaje y transmisión de buenos hábitos alimentarios y los abuelos juegan un papel muy importante.

Involucrar a los niños en la elaboración de los menús, llevarles a hacer la compra y meterles en la cocina son tres buenas medidas para adquirir un referente nutricional.