A falta de sede, los vecinos de El Torcal se reunieron ese 13 de febrero de 1987 en un bar del barrio para constituir la asociación de vecinos.

Parte de las antiguas tierras de labranza de Haza Onda y Huerta de Córdoba, en la Carretera de Cádiz, se habían transformado en los años 80 del pasado siglo en esta bonita urbanización con 1.047 viviendas y nombre de maravilla natural de Antequera (la promotora, Yoma, era antequerana).

Un cuarto de siglo después, la asociación de vecinos celebra su primer cuarto de siglo y sigue más viva que nunca, a pesar de que «tal y como están los tiempos, cumplir 25 años es complicado», reconoce el actual presidente, Miguel Ángel Ojeda, que sustituyó en el cargo al veterano José María Ortega.

Hoy viernes, a partir de las 8 de la tarde, la asociación celebrará este cumpleaños con una exposición de fotografías en el salón de actos del centro ciudadano, un equipamiento, por cierto, inaugurado el año pasado, y por el que la asociación estuvo peleando durante 18 años, recuerda Encarna Carnero, de la asociación de vecinos.

La muestra de fotos incluirá tres collages con 60 fotografías, en los que se hace un repaso a las reivindicaciones, los logros y las actividades realizadas por los vecinos, sin olvidar las noticias de prensa y los boletines informativos hechos por los vecinos.

La asociación ha invitado al acto a los tres grupos políticos del Ayuntamiento, federaciones vecinales y asociaciones de vecinos y por supuesto a los protagonistas: los habitantes del Torcal.

Un barrio que al comienzo estuvo mayoritariamente poblado por matrimonios jóvenes y parejas con niños pequeños y que cuando nació convivía con una enorme escombrera, un lugar en el que estaban previstos unos jardines. «Todos los vecinos plantamos árboles y mantuvimos los jardines», recuerda Miguel Ángel Ojeda; «todos los domingos nos íbamos a quitar y a limpiar matas», añade Encarna Carnero.

Los dirigentes vecinales están totalmente convencidos de que el barrio habría sido otro, con menos equipamientos y más problemas sin la acción constante de la asociación de vecinos. «El movimiento ciudadano vale, no está pasado de moda», subraya Encarna.

Gracias a la asociación, el barrio logró un centro de salud, jardines bien mantenidos, además del centro ciudadano, después de que en el año 99, con todo listo para construirse, el dinero se destinara a rehabilitar el polideportivo de otra zona de Málaga.

Y la asociación de vecinos del Torcal fue la primera en convocar un referéndum, en este caso para que los vecinos decidieran, en tiempos del alcalde Pedro Aparicio, si el barrio debía contar con un instituto o con un polideportivo. Ganó la segunda opción, que se hizo de rogar y los parones constructivos, por la crisis de 1993, tuvieron detrás la protesta de la asociación.

Tras un cuarto de siglo de gestión vecinal, El Torcal ha cambiado y ha mejorado. La asociación de vecinos colabora en la promoción del deporte: «Apostamos por el deporte, tenemos a 150 niños entre 8 y 18 años», recuerda el presidente. Con la llegada del centro ciudadano, ofrece 15 talleres en los que los vecinos pueden aprender materias como inglés, photoshop o taichí.

Y como siempre quedan problemas por resolver, los dirigentes señalan que la asociación de vecinos «seguirá siendo reivindicativa». Aunque ya no se reúnan en los bares de El Torcal, el talante sigue siendo el mismo.