El Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga ha advertido de que "no hay ninguna urgencia" en demoler los edificios de los antiguos cines Astoria y Victoria. Para esta entidad, tirar abajo estos inmuebles y dejar libre la manzana conllevaría "ciertos problemas" desde el punto de vista urbanístico, ya que "no solo te abres a la Alcazaba, sino que te abres a ese gran agujero negro que es el túnel y a algo tan absolutamente desastroso como es el cine Andalucía y Mundo Nuevo".

Según el decano del Colegio de Arquitectos, Antonio Vargas, la opción de derribar los antiguos cines "porque sean feos" y dejar la manzana libre, lo que hace es "retrasar el problema unos 70 u 80 metros". Y es que, como ha resaltado a Europa Press, "la misma condición de edificio abandonado que tiene el Astoria lo tiene el Andalucía". Además, ha advertido de que otro problema a abordar sería qué hacer con el tráfico.

En suma, ha dejado claro que "no es cierto" que el resultado de quitar esos edificios sea una plaza abierta a la Alcazaba, sino que "estaría abierta a dos problemas que, actualmente, están tapados por el cine Astoria, que es la mediocridad urbanística del Andalucía y de Mundo Nuevo y la contaminación ambiental que supone todo el paso del tráfico que baja por calle Victoria y sale por el túnel y viceversa".

A su juicio, aunque pueda haber propuestas interesantes que dejen expedita la parcela, la plaza de la Merced es, actualmente, "un sitio confortable, con una definición de sus límites". En este punto, ha explicado que las plazas de las ciudades normalmente son espacios cerrados y solo tienen una configuración abierta las que son plazas-mirador, es decir, "las que se abren a sitios con un interés paisajístico", algo que no se da en este caso.

CONCURSO CON UNOS USOS DEFINIDOS

Por todo ello, ha reclamado al Ayuntamiento "valentía" y que no contemple la alternativa de tirar los inmuebles "hasta que no sepamos qué es lo que queremos". Así, ha abogado por que, de manera consensuada, se fijen los posibles usos para estos edificios, que, finalmente, debe responder a "una decisión política", y, entonces, se convoque un concurso arquitectónico, que "debe tener unas bases bien estructuradas para que se presente quien quiera y con un jurado de calidad y de reconocida independencia, de manera que se encuentre el mejor proyecto y no el lucimiento del político de turno al lado del arquitecto estrella".

Vargas ha subrayado que "nadie paga 20 millones de euros por unos edificios para luego derribarlos y hacer una plaza al lado de otra", poniendo el acento, además, en que "quizá lo que nos va a costar tirar abajo el Astoria y el Victoria y convertir ese espacio en plaza es lo mismo que costará hacer un cierto arreglo de los inmuebles".

En este punto, el representante de los arquitectos malagueños ha asegurado que hay ejemplos de rehabilitación importante que han dado lugar a "magníficos inmuebles". "A lo mejor solo acabas dejando la estructura, pero para tener un carácter singular no se está obligado a derribar", ha dejado claro.

Además, "como criterio de sostenibilidad se opta siempre por recuperar lo que sea posible, aunque sean solo las estructuras, y es que para demoler siempre hay tiempo", ha señalado, añadiendo que, tras la reciente rehabilitación de la Merced, derribar ahora unos edificios para ampliarla supondría "darnos la razón de que no se tenía que haber arreglado la plaza hasta no saber qué se iba a hacer con los antiguos cines". "No se puede hacer ciudad a base de impulsos electoralistas, sino que es necesario un orden", ha opinado.

ALHÓNDIGA DE BILBAO Y "SOBREDOSIS" DE MUSEOS

Al respecto, ha puesto como ejemplo la Alhóndiga Municipal de Bilbao, un centro de ocio y de cultura, que "es un ejemplo de edificio que sin tirarlo abajo ha tenido una magnífica adaptación a una serie de usos culturales y ciudadanos, que le dan una gran riqueza". Además, ha considerado que la ciudad tiene, en la actualidad, "cierta sobredosis de museos", por lo que "quizá habría que plantearse si caben más museos o si los equipamientos culturales tienen que ser de otro tipo".

Después de que, tras desechar el Ayuntamiento la opción de ceder a una empresa privada la rehabilitación de los inmuebles a cambio de poner en marcha de forma temporal un equipamiento cultural, el concejal de Cultura, Damián Caneda, contemplara la posibilidad de derribar los edificios para ampliar el espacio público de la zona, algo que, sin embargo, fue rechazado por el alcalde, Francisco de la Torre, Vargas ha indicado que la urgencia de actuar en este asunto responde únicamente a "querer enmascarar bajo el debate urbanístico lo que es un debate político".

"Se quiere enterrar al muerto, que es quitar el edificio que te recuerda que el Ayuntamiento se ha gastado en su adquisición más de 20 millones de euros y que no se sabe qué hacer con él", ha aseverado. Pero, como ha declarado, "en vez de hacer lo primero que se te ocurra, quizá es más inteligente definir un uso útil de verdad".

De todos modos, ha manifestado que la ciudad tendría que "plantearse realmente qué es lo que quiere" y si opta por una opción ambiciosa, "deberá ser consciente de que los plazos serán los que tengan que ser y que muchas cosas no se harán hasta que no se supere la actual situación de crisis". Por ello, ha instado al Consistorio a que "tenga la valentía de definir qué es lo que se puede hacer y asumir que se va a tener que esperar los años que sean necesarios hasta que las condiciones económicas varíen".

De hecho, Vargas ha visto con normalidad que se diga que "se ha gastado ese dinero en la compra de estos edificios porque era el momento de hacerlo, a mejor o peor precio, pero había que hacerlo entonces, y que ahora hay que esperar porque ha llegado la crisis". En su opinión, lo importante es "tener claro qué es lo que se quiere hacer", algo que, no obstante, requiere "valentía política".

Mientras llega el momento de poder llevar a cabo el proyecto elegido, el responsable del Colegio de Arquitectos ha afirmado que "se puede adecentar el edificio y tapiarlo para que no afee el marco urbano o, incluso, seguir contemplando la posibilidad de la rehabilitación para ponerlo en valor y desarrollar usos alternativos, que den un beneficio social y que eviten ofrecer una imagen de abandono".