Isabel Agüera (Guaro, 1962) es una mujer luchadora e incansable. De una maraña administrativa, ella logró sacar petróleo y ahora busca saber, con una dedicación propia de los titanes, dónde está su hermana pequeña, la última hija que tuvo su madre. Ella cree, como más de doscientas familias en toda la provincia, que su familiar sigue viva, pese a que a su progenitora, que parió en el Hospital Civil en 1970, le dijeron que había muerto. Por eso inspiró y ahora preside la Asociación de Bebés Robados de Andalucía (Aberoa), un colectivo que trata de saber la verdad y propiciar reencuentros entre los niños presuntamente sustraídos y sus padres biológicos. Ni dinero ni notoriedad. Quieren dignidad. En Málaga hay abiertas unas noventa diligencias de investigación, según comenta.

Cada semana recibe usted una media de cincuenta llamadas. ¿No es demasiado dolor?

Sí, sí. Hay muchísimas madres con mucho dolor. Desde que estamos en los medios de comunicación hay gente que se identifica con las historias, llaman para interesarse y nos cuentan lo ocurrido.

¿Qué le suelen decir?

Pues nos cuentan su historia, el hospital en el que les ocurrió, y básicamente es siempre lo mismo: no les enseñaron el bebé, le dijeron que había nacido muerto y que el centro hospitalario se hacía cargo del entierro.

En Málaga hay ya más de doscientas familias afectadas...

Sí, unas doscientas. En Málaga sí estamos recibiendo información de la Fiscalía, aunque a cuentagotas. También de Cádiz y Córdoba, pero sabemos poco del resto de Andalucía. En Málaga se han abierto ya más de noventa diligencias de investigación, aunque no tengo el dato exacto de la comunidad. Podríamos hablar de entre 800 y 900 casos.

¿Esto no es también Memoria Histórica?

Algunos sí lo relacionan con la Memoria Histórica, y otros no. Esto ocurrió antes, durante y después de la dictadura. En los noventa ya no había dictadura y siguió ocurriendo, así que no sé hasta qué punto es Memoria Histórica.

¿Qué denominador común hay tras todos estos casos? ¿Puede hablarse de una trama organizada, en su opinión?

Esto es una trama muy bien organizada para lucrarse. Se aprovechaba la ocasión de que eran madres jóvenes, y en aquella época no existía tanto conocimiento como hoy. Lo que un médico o una monja le decían a una mujer iba a misa, porque, ¿quién iba a desconfiar de ellos? Nadie.

Además los casos se prolongan en el tiempo: desde mediados de los cuarenta a principios de los noventa...

Sí, desde los cuarenta a los noventa en algunos punto de Andalucía. En la provincia el último caso que tenemos es de mediados de los 80. En Granada, por ejemplo, hay un caso de principios de los noventa.

En Málaga, ¿qué hospitales son los que más se repiten en las historias personales de estas mujeres?

El Civil y Carlos Haya.

En Málaga, según creo, no hay religiosos implicados en estos casos, al menos de momento...

No hay religiosos porque no podemos acusar a nadie sin pruebas. Ahora, en mi caso, hemos solicitado que declare una religiosa, porque en los setenta ella trabajaba en el hospital en el que mi madre dio a luz a mi hermana. En esa época los religiosos hacían el papel que hoy desempeñan los auxiliares de clínica en los hospitales. En la mayoría de los casos, por tanto, no podemos señalar porque no es posible demostrar lo ocurrido. Pero yo creo que aquí todo el mundo tiene miedo a hablar, porque hay personal sanitario que sabe lo que ocurrió. Todo el mundo que trabajó en aquella época lo sabía, o la mayor parte de ellos. Esos padres que compraron a los bebés por qué no hablan; por qué no les dicen la verdad a sus hijos. No buscamos culpables, queremos saber la verdad. Queremos que esos niños puedan buscar a sus familiares biológicos. Nosotros hemos ido a los bancos de ADN para dejar nuestras muestras, pero si ellos no van es perder el tiempo.

¿Ha llegado a escuchar alguna cifra concreta que se pagara por un bebé robado?

He escuchado de algunos adoptados que por ellos pagaron el precio de un piso de la época.

¿A quién se ha encontrado?

Han aparecido los niños que fueron dados en adopción de forma voluntaria por sus padres. Ahí tenemos el caso de Randy. Pero en cuanto a los niños robados no se ha encontrado ninguno, no ha habido reencuentros. A Randy lo dio su abuela voluntariamente en adopción.

Sé que no los puede decir, pero ¿manejan nombres de sospechosos pese a que las pruebas escaseen?

Claro que tengo nombres de sospechosos, porque recibí información de una persona que trabajó en distintos hospitales, y nos facilitó identidades de distinto personal sanitario, médicos y matronas en su mayoría. Y me refiero a distintos casos.

¿Por qué los jueces están siendo reacios a investigar?

Bueno, lo primero que tengo que decir es que esto es una patata caliente que nadie quiere tener en su mesa. Es posible también que en algunos casos haya falta de pruebas. O que éstas estén agotadas. Aquí lo que hay es mucha gente muy poderosa y al Estado no le interesa que se sepa la verdad. Por cada caso de un niño robado el Estado debería pagar indemnizaciones millonarias, pero repito: no queremos dinero, sino buscar y encontrar a nuestros seres queridos.

¿Cómo vive una mujer varias décadas intuyendo que el hijo que parió no está muerto como le dijeron? ¿Esconden su dolor, se engañan...?

Engañarse no se engañan. Tienen presente esa realidad. Las madres arrastran mucho dolor, y están dispuestas a llegar donde haya que ir. Muchas veces se callaron y reprimieron su dolor. No querían decir nada por miedo a que dijeran que estaban locas.

¿Les está apoyando más la Fiscalía en sus investigaciones?

Sigue en la misma línea. Los casos se están archivando porque muchas veces se oponen a los recursos. Los jueces y los fiscales deben unificar criterios y no discutir entre ellos sobre la aplicación de la ley. ¿Por qué dentro de Andalucía hay fiscalías a las que no se les archiva ni un caso, como la de la Línea de la Concepción? En muchos caso se archiva por prescripción, pero estos delitos no prescriben, porque son de lesa humanidad. Deben unificar criterios y no archivar más casos.

¿No sería más interesante que un solo fiscal coordinara todo los casos? O por lo menos sería más efectivo...

Por supuesto que sí. De hecho, ya está asignado, pero no ha tomado posesión, según lo que nos dijo el Gobierno. Está hecho, pero no tenemos resultados. En Málaga, la Fiscalía investiga pero el juzgado archiva. Queremos más apoyo de la Fiscalía.

¿Qué historia le ha sobrecogido más?

Todas, más o menos, tienen los mismos componentes. No te puedo decir que una u otra me hayan conmovido más, porque todas son iguales. Madres a las que les dijeron que sus bebés habían nacido muertos, que no se los iban a enseñar porque eso podía marcarlas. Y siempre les aseguraban que el hospital se iba a hacer cargo del entierro. Quizás, la que más me llamó la atención fue un padre que al ir a reclamar a su bebé recibió del médico una dura respuesta: que no se lo daba porque lo iba a meter en formol.

¿Qué debe hacer el allegado de un bebé robado para empezar a seguir el rastro de su familiar?

Lo primero es ir al hospital y pedir la documentación clínica del parto. En el Registro Civil también ha de solicitar documentación: si el bebé vivió menos de 24 horas, hay que pedir un legajo de aborto. Si, por el contrario, vivió más, la partida de nacimiento. Luego, debe dirigirse al cementerio para pedir el certificado de enterramiento. Y si ve muchas irregularidades en su caso, ir a la Fiscalía de Málaga a poner la denuncia.

¿Por qué busca usted a su hermana?

Porque cuando fui al cementerio me dijo una señora que mi hermana no estaba enterrada allí, en Parcemasa. Posteriormente, y gracias a la investigación, localicé su nombre en el registro del cementerio de San Rafael. Primero hay un número, el día 15, pero la enterraron el 21. ¿Dónde está mi hermana? Primero nos dijeron que estaba enterrada a los pies de un señor muy rico. Pero, ¿por qué tenemos dos versiones del entierro: que se le enterró con un hombre rico o está en una zanja general? No sé si lo que está ahí es mi hermana. Yo creo que está viva.

¿Están apoyando los políticos a las víctimas?

Están mareando la perdiz, nos escuchan, nos reciben, pero luego los resultados son pocos.

¿Qué les prometió Gallardón?

Un grupo de trabajo relativo al tema, además de promover un cambio en la Ley de Protección de Datos para que tengamos más facilidad para acceder a los registros sanitarios. También se nos prometió la centralización de los perfiles genéticos en el Instituto Nacional de Toxicología, y diversas formas de ayuda a las víctimas. El ministro del Interior también nos explicó su intención de crear un grupo policial que se dedique exclusivamente a estos casos.

Sin embargo, aquí en Málaga sólo una inspectora del Grupo de Homicidios se dedica en exclusiva al asunto. Parecen pocos medios...

Sí. El fiscal general del Estado también nos prometió que nombraría un coordinador en cada Fiscalía provincial, pero nada. Sanidad nos dijo que al ser ésta competencia de las distintas comunidades autónomas, su actuación estaba muy limitada, más allá de pedir esfuerzo y colaboración a todas las partes implicadas, pero hasta ahora, nada.

En Málaga ha habido cuatro exhumaciones sin resultados...

Estamos a la espera de que nos lleguen los resultados de ADN. La zanja de Monda estaba vacía, como la de Ronda, donde no se encontró nada, aunque la palada de la excavadora pudo mezclar restos de dos zanjas, una superior con restos de un adulto, y la del bebé, que estaba más abajo. Habrá que ver a quién corresponden esos restos. En relación a la de Estepona, estamos a la espera, desde hace un año, de los resultados de ADN. Ésta se hizo por orden de una juez de la Línea de la Concepción. Hubo restos, pero no se correspondían, según dijeron los forenses, con los de un bebé. Ya veremos qué pasa.. También hubo otra en Parcemasa, y de ella esperamos resultados, aunque se encontró lo que la mujer esperaba, puesto que los restos del bebé se juntaron con los de una persona mayor, su padre creo recordar.

Uno de sus grandes fines, según usted misma ha dicho, es concienciar a la sociedad de que esto podía haberle pasado a cualquiera y pedirle su apoyo para continuar una búsqueda tan angustiosa...

Estamos aquí para concienciar también. Y para decirle a esas mujeres y a esas familias que no se callen, que muchos siguen vivos, y que debemos seguir buscando.