El cambio de mentalidad es complicado. Tras años centrados en la construcción y el turismo, la tecnología y el I+D todavía no se aprecian como generadores de actividad económica suficiente, pero empiezan a ganar en peso específico para intentar modificar el modelo productivo de Málaga. Sólo el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) genera el cerca del 8,5% del PIB provincial, una cifra muy importante que casi se puede trasladar al empleo, con unos 15.000 puestos de trabajo y perspectivas de crecimiento.

La instalación del Centro de Tecnologías Ferroviarias (CTF) en la tecnópolis ya ha atraído a una 30 de empresas y alrededor de 70 proyectos de I+D relacionados con el sector ferroviario, convirtiéndose en un importante generador de actividad económica e investigación en la ciudad.

Estos avances, en un camino iniciado por el Parque Tecnológico de Andalucía y secundado por la Universidad de Málaga, han tenido su

respuesta en la administración local, que ha cambiado sus usos y costumbres para adaptar la tecnología en su rutina diaria. La EMT fue pionera en España al incorporar herramientas como el control por GPS en los vehículos o el sistema de pago con tarjetas sin contacto. Este avance se contagió a otras áreas municipales, destacando Tráfico con su sistema de cámaras y control semafórico y el GeCOR, que permite tramitar en tiempo real incidencias en la vía pública y establecer prioridades de actuación, así como un seguimiento de las incidencias.

Estas mejoras han favorecido la implantación de lo que llaman la e-administración, en la que el Ayuntamiento de Málaga está avanzando poco a poco, incorporando gestiones telemáticas a su día a día, reforzando su red de comunicación inalámbrica y ofreciendo acceso a los ciudadanos a través de la red Biznaga. Precisamente ésta es una de las grandes apuestas del Ayuntamiento, aunque en su momento le costó una multa de 300.000 euros de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) por ofrecer acceso libre a internet.

Esta inversión municipal en la renovación interna todavía no ha tenido su traslación a la extensión del software libre, que permitiría un ahorro de coste y una mayor versatilidad en el desarrollo de aplicaciones informáticas. Sí, en cambio, en el fomento de los jóvenes emprendedores dedicados al I+D. Para ello han transformado la incubadora del polígono Santa Cruz en una específica para empresas de este tipo, con 45 oficinas y 32 laboratorios de investigación.

Incubadoras municipales

Esta infraestructura, que se suma a la red de incubadoras municipales, busca aprovechar el talento de muchos jóvenes malagueños para retenerlos en la ciudad durante el desarrollo y consolidación empresarial. Un apoyo muy importante a esta idea serían las llamadas tecnocasas, un concepto que la Junta de Andalucía se comprometió en desarrollar en el Centro Histórico de Málaga y que consiste en la construcción de VPO de alquiler para jóvenes vinculadas a un espacio de trabajo. Estos edificios, de los que había previstos tres –Lagunillas, Gigantes y Cobertizo del Conde– se están quedando en promesas que no terminad de arrancar.

El más avanzado parece ser que es la promoción en Lagunillas, con 80 viviendas protegidas. Sin embargo, llega ya acumulando siete años de retrasos y todavía no una fecha para el inicio de los trabajos. De las otras dos promociones no se tienen ni noticias.