La paralización de las obras del metro en los callejones de El Perchel por falta de dinero es un capítulo más de la lenta agonía que vive el segmento de la obra pública en Málaga, que ha sufrido un espectacular desplome de inversión del 80% desde que estallara la crisis a finales de 2007. El año 2011 se cerró con sólo 292 millones de euros en obras sacadas a concurso, las peores cifras desde finales del siglo XX, y tras años que se movieron por encima de los 1.000-1.500 millones en la provincia. El 2012 ha arrancado con nuevas bajadas del 26% y tan sólo 69 millones licitados en el primer trimestre aunque el sector se teme consecuencias todavía mayores.

El ministro de Economía Luis de Guindos ya avisó hace un par de meses que el Gobierno recortará este año hasta en un 40% las inversiones mientras que en la Junta de Andalucía, el presidente José Antonio Griñán ya ha dejado claro que tratará de terminar las obras ya iniciadas –aunque sin precisar a qué ritmo, ya que por ejemplo el metro avanza al ralentí y las actuaciones del AVE Sevilla-Málaga están también paralizadas– pero que no se acometerán nuevas obras. Ni ahora ni a corto plazo y medio plazo se presume un relevo de infraestructuras que, al menos en el caso de Málaga, garantice al sector constructor un suelo mínimo de actividad.

La frustración de los empresarios con esta política de ajustes es manifiesta. El vicepresidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Juan Cobalea, lamenta que el criterio de recortes se aplique «sin rigor» y por igual tanto a gasto corriente como a inversión productiva. «Es lo más sencillo para los políticos, pero no tiene lógica alguna, ni en términos de empleo ni el términos de retorno de la inversión», apunta.

Un informe de la patronal Seopan apunta que las inversiones en infraestructuras tiene un retorno para las arcas públicas de casi el 60% de lo desembolsado en conceto de IVA, cotizaciones sociales, IRPF de los trabajadores o Impuesto de Sociedades, aparte de lo que deja de pagar en prestaciones por desempleo.

Cuentas pendientes

En cuanto a la situación de las infraestructuras en Málaga, Cobalea considera prioritario plantear al menos las que están directamente relacionados con el sector turístico, el último que mantiene el tipo frente a la crisis. El saneamiento integral de la Costa del Sol, que según las últimas estimaciones necesitaría de 500 millones de inversión antes de 2016, es una de las carencias endémicas del litoral malagueño y un objetivo «irrenunciable».

La conexión ferroviaria de Málaga con Estepona y Marbella (unos 5.000 millones) y el recrecimiento de la presa de Río Verde para asegurar el abastecimiento de agua en la parte occidental serían las otras infraestructuras clave, en opinión de Cobalea. En el caso de la ciudad, y aunque la rentabilidad económica no sea palpable, cita los casos del Guadalmedina y la recuperación de los Baños del Carmen.

«Sabemos que nada de eso se hace de la noche a la mañana y que no hay dinero, pero sí se pueden planificar. Lo grave es que no haya un plan de obras, un compromiso, ya se tarden cinco años o quince», apunta el representante de la Cámara de Comercio, que aboga por conciertos público-privados para impulsar estas iniciativas.

«Valor de futuro»

La Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), por boca de su presidente Javier González de Lara, también apuesta por las infraestructuras con «un valor de futuro», por lo que deben «reconsiderarse» los ajustes presupuestarios en esta materia. La CEM añade entre los proyectos pendientes la construcción de la presa de río Grande, la desaladora de Mijas, el soterramiento de las vías del Puerto, esclarecer el futuro del anillo ferroviario de Antequera, culminar el soterramiento en San Pedro de Alcántara.

La Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), el colectivo más damnificado, insiste en que «sólo con recortes no nos vamos a levantar» y critica que no se sepa ver la distinción entre «gasto» e «inversión productiva».

«La construcción es uno de los pocos sectores que hoy podría tirar del empleo pero la obra pública está muy parada», comenta su secretaria general, Violeta Aragón.

Los recortes también dan juego político. El secretario general del PSOE malagueño, Miguel Ángel Heredia, asegura que la provincia de Málaga ha vuelto a niveles de inversión pública de hace más de una década, «a años luz de los que han presentado los gobiernos socialistas, que han permitido que Málaga hoy sea provincia competitiva y de oportunidades».