Al juicio del caso Malaya le queda un suspiro y en los estertores de semejante proceso es normal que se disparen los nervios de todos los protagonistas. Ayer, un día antes de que acaben las testificales, la abogada de Juan Antonio Roca, Rocío Amigo, denunció al inicio de la sesión que el principal perito de la Agencia Tributaria, el que llevó el peso de la investigación y casi principal responsable de que su cliente se enfrente a treinta años de cárcel, se le acercó cuando tomaba café y se dirigió a ella en una actitud «claramente amenazante», según explicó la togada a la Sala.

Siempre según su versión, y tal y como explicaron algunas fuentes, el técnico de Hacienda le dijo: «Se te va a caer la cara ahí dentro». Otras fuentes explicaron que el experto de la Agencia Tributaria no llevó nada bien que en la sesión del lunes varias defensas, con especial insistencia de Amigo, le acusaran de mentir en sus informes patrimoniales.

La letrada tomaba café tranquilamente en la cafetería de la Ciudad de la Justicia antes de dirigirse a la Sala del Jurado en la que se celebra este proceso, momento en el que tuvo lugar el supuesto incidente. Por ello, pidió la palabra la primera e intervino para poner el hecho en conocimiento del tribunal, pedir su amparo y exigir la recusación del vehemente técnico, un hombre curtido cuyos análisis societarios y contables han sustentado las tesis acusatorias de la Fiscalía.

Sin embargo, la Sala, presidida por José Godino, se negó a aceptar la recusación del técnico, que supondría, según fuentes jurídicas, que éste «no puede seguir compareciendo como perito al existir una enemistad manifiesta entre el mismo y un tercero», en este caso Amigo. El tribunal no vio razón para ello ni para amparar a la togada, y decidió seguir como si no hubiera pasado nada.

No obstante, otras fuentes indicaron que lo sucedido, más allá de los detalles, consistió en un intercambio de pareceres entre ambos con cierta acritud, pero no pasó de ahí. En cualquier caso, otros abogados presentes en la Sala confirmaron que Rocío Amigo está pensando en tomar acciones legales contra el técnico de Hacienda, algo que ella no quiso confirmar a requerimiento de los periodistas. Sólo acertó a decir, visiblemente afectada: «He pedido el amparo del tribunal, sólo voy a decir eso».

Varias defensas se adhirieron a la recusación de Amigo, así como a las protestas posteriores una vez que supo que el tribunal no aceptaba su petición. El día de ayer sirvió para que defensas y acusación pudieran discutir sobre la pericial de Roca, efectuada por una prestigiosa firma madrileña. En ella se determina que el exasesor multiplicó por siete su dinero en Marbella, como adelantó en exclusiva La Opinión de Málaga. Los expertos concluyeron que en mayo de 1992 sus propiedades valían 15,86 millones de euros, y sólo diez años después 117,9.

Tesis de Roca. Ello entroncaría con la tesis mantenida por el propio Juan Antonio Roca y su defensa de tal forma que él ya tenía dinero antes de llegar a Marbella y de comenzar su relación con el Consistorio.

Muñoz, Gil, la tele y el dinero de la campaña. El mismo técnico de Hacienda se las tuvo tiesas también con el mediático Javier Saavedra, letrado de Julián Muñoz. En una carpeta intervenida a Roca, había un dossier sobre los insultos que se cruzaron el exregidor y Jesús Gil en un programa de televisión.

En ese espacio, el segundo acusó al primero de quedarse con sesenta millones de pesetas de la campaña en 2002, lo que el experto de la Agencia Tributaria relacionó, por otro lado, con los pagos que le constan a Julián Muñoz, aunque no lo quiso afirmar abiertamente. «De 360.000 euros que le acusaba de haberse quedado Jesús Gil se quedó con 150.000», se explicó ante el perplejo letrado, aunque su compañero matizó que sólo se trataba de un indicio, una opinión que debería refrendar el tribunal.