La Fiscalía de Málaga pide ocho años de prisión para un agente de la Guardia Civil al que acusa de un delito de tenencia y distribución de material pornográfico infantil «con niños muy pequeños y bebés», prácticas «especialmente degradantes». En concreto, la policía se incautó de 3.581 vídeos pedófilos y 2.348 imágenes en el piso que éste ocupaba en el cuartel en el que ejercía, ubicado Gaucín. Fuentes judiciales aseguran que pocas veces se ha encontrado tal cantidad de vídeos de contenido pedófilo.

Según consta en la calificación fiscal, sobre las 8.20 horas del 23 de junio de 2010, el acusado, que es guardia civil, «guiado por el ánimo libidinoso, empleando el programa de intercambio de archivos informáticos P2P Lfhant, puso a disposición de los internautas, usuarios de la red, un archivo que previamente se había bajado».

El mismo, fue denunciado a la policía de Badajoz oculto con otro nombre, recoge el fiscal. Una vez examinado por los expertos en este tipo de delincuencia, adscritos a la Policía Nacional, el archivo «resultó contener un vídeo en el que se pueden ver imágenes pornográficas de menores posando desnudos, manteniendo relaciones sexuales con adultos».

El acusado compartía el archivo con su nick desde una IP que localizaron los investigadores. Con el correspondiente auto judicial, se comprobó que esa dirección correspondía a un determinado número de teléfono, con domicilio en una calle de Gaucín, «partido judicial de Ronda», relata la acusación pública.

El 30 de junio de 2011 se produjo, a las 10.30 horas, la entrada y el registro del domicilio del acusado, ubicado en el cuartel. Los agentes pudieron comprobar que el procesado no tenía acceso a internet, pero sí lo había tenido en el pasado.

Asimismo, se detectaron muchos archivos de pornografía infantil en la carpeta «Photo» en un ordenador portátil. Se concretó el patrón de búsqueda, y se hallaron en el salón «multitud de DVD conteniendo una auténtica colección de vídeos de pornografía infantil», relata la Fiscalía en su escrito de acusación.

Asimismo, en un lápiz digital había presuntamente muchos archivos que contenían, igualmente, imágenes pedófilas, y en un disco duro externo, ubicado en el salón, se detectaron numerosas carpetas que contenían también diversas modalidades de pornografía infantil.

«La cifra aproximada de vídeos con pornografía de menores que poseía el acusado asciende a 3.581 vídeos y 2.348 imágenes, muchos de ellos especialmente degradantes con niños y niñas menores de edad, siendo objeto de todo tipo de actos sexuales con adultos, mostrando violencia o repulsión; y algunas imágenes de bebés», precisa la Fiscalía en el documento, remitido al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ronda.

Los hechos han sido calificados como un presunto delito de tenencia y distribución de material pornográfico infantil con niños muy pequeños y bebés, actividades «especialmente degradantes». El fiscal pide para él ocho años de prisión y las costas.

Reconoció consumir pornografía infantil. El acusado reconoció en el Juzgado de Ronda en el que declaró que consumía pornografía infantil, según informaron fuentes judiciales. Asimismo, éstas señalaron que todo el material lo obtuvo de internet, pero que jamás tuvo contacto con menores. Finalmente, el juez dictó un auto de prisión eludible bajo fianza de 2.000 euros.

En este tipo de casos, es normal que muchos procesados pidan ayudan en su declaración y reconozcan el problema. Por ello, existe un proyecto para someter a estas personas a terapia psicológica, algo difícil pues ni siquiera hay un protocolo de intervención estándar para este tipo de parafilia, y quienes han sido tratados lo fueron en clínicas privadas. Queda mucho camino por recorrer.