El descenso de inversión en obra pública -con un 80% de caída en Málaga entre los años 2007 y 2011- trasciende los fríos datos de inversión, y es una de las causas que explican la tremenda sangría de parados que sufre la construcción. El sector llegó a dar empleo a más de 100.000 trabajadores en Málaga durante los picos de actividad del boom económico -de 2005 a 2007-, y aunque la mayoría trabajaba en los innumerables proyectos de macrourbanizaciones de la Costa del Sol también es cierto que entre 30.000 y 40.000 estaban adscritos a obras magnas como el AVE Córdoba-Granada, la ampliación del aeropuerto o los primeros trabajos del metro, según aproximaciones realizadas por empresarios y sindicatos. El paro en este segmento, por aquel entonces, podía considerarse meramente residual.

Cinco años después la situación ahora ha cambiado dramáticamente a peor, sin inversiones de calado y con proyectos de obra como el metro o el AVE Sevilla-Málaga. Según explica el secretario del sindicato de Construcción de Comisiones Obreras en Málaga, Alfonso Galisteo, el sector emplea ahora a menos de 35.000 trabajadores y mantiene un paro por encima de las 45.000 personas. Casi 65.000 trabajadores se han quedado por el camino y han pasado a engrosar las filas del paro o, los que han podido, a reintegrarse en el sector de la hostelería o en el agrícola, de donde salieron muchos de ellos en aquellos años atraídos por los sueldazos que se empezaban a pagar en la construcción.

En este «mundo al revés» de un sector con más parados que ocupados, la obra pública da ahora trabajo en la provincia de Málaga únicamente a entre 15.000 y 19.000 empleados directos e indirectos, según aproximaciones realizadas por diversas fuentes.

Más ERE a la vista. Lo peor de todo es que este desequilibrio promete hacerse aún más grande a lo largo de este año 2012, ya que ni el sector privado está iniciando o proyectando nuevas promociones de viviendas ni los Presupuestos Generales del Estado (PGE) tienen previsto desembolsos significativos en obra pública, más bien al contrario.

Los empresarios calculan que son necesarios al menos 1.000 millones de inversión anual en Málaga para mantener un volumen razonable de 30.000 empleos, una regla de oro que no tiene visos de cumplirse ni a corto ni a medio plazo, vista la enorme crisis económica.

«En Málaga no se va a iniciar este año ninguna obra pública nueva, por lo que estimo que a final de año tendremos 6.000 nuevos parados en la construcción. El AVE está parado, una parte del metro también, y sólo queda como gran referencia los más de 1.000 empleos que Metro Málaga mantiene en el total de la obra», comenta Galisteo, que califica la situación de «catastrófica» y que augura un incremento de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en las empresas. Galisteo también percibe un rebrote de la economía sumergida, con muchos extrabajadores sobreviviendo a base de chapuzas a domicilio y algunos «pseudoempresarios» llamando a personal para trabajar días sueltos en negro.

«La economía sumergida existe en todos sitios, pero en la construcción aún más», reconoce.