Royal Caribbean, principal naviera de cruceros para el puerto de Málaga, abandonará en 2013 la ciudad como base de operaciones. En términos absolutos, esto supone la pérdida de en torno a 200.000 cruceristas al año (actualmente llegan con ella 219.000, cifra que disminuirá a los 20.000), viajeros que dejarán de comprar en los comercios del Centro Histórico, de comer en sus restaurantes o de tomarse una cerveza en sus bares. Esto es una mala noticia para los representantes del sector turístico consultados por este periódico, así como para el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, pero aseguran que no hay que dramatizar.

Utilizando un símil bélico, no es un torpedo en la línea de flotación del barco. Aunque queda algo tocado. El alcalde de Málaga asegura: «Es una mala noticia, pero no una tragedia». Recuerda que la compañía cambia de base de operaciones para buscar la rentabilidad y se afanará ahora en rutas de Europa del Norte con el puerto de Southampton como escala principal. El alcalde afirma que la decisión es revisable en 2014, y que ya hay asegurada para 2013 la llegada de 530.000 cruceristas al puerto. «Estamos en junio, por lo de aquí a final de año conseguiremos más», aclaró.

La cifra municipal es que la marcha de la operadora supondrá una caída de 80.000 cruceristas, pero se marcan los 640.000 de 2011 como línea roja. Damián Caneda, edil de Turismo, achaca la decisión únicamente a la crisis y a la rentabilidad que toda mercantil debe buscar para sus cuentas. «Es normal que cambien de ruta. Perdemos 80.000 cruceristas. Antes dejaron San Juan de Puerto Rico para venir aquí».

No en vano, ya se ha cerrado la llegada de dos nuevas compañías con un cliente con mayor poder adquisitivo (Norwegian y Royal Clipper) y se está en conversaciones con una tercera, por lo que la caída de Royal Caribbean la absorberán estas tres sociedades.

El presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Miguel Sánchez, explica: «Es una mala noticia, porque los cruceros han sido hasta ahora los principales impulsores del cambio turístico en Málaga capital. Nadie se lo esperaba». Con ello se resentirán el pequeño comercio y los restauradores, asegura. «Se ha hecho un gran esfuerzo con la estación de cruceros e incluso con el muelle 1», aclaró.

Joaquín Fernández Gamboa, presidente de la Asociación Empresarial de Agencias de Viajes de Andalucía (Aedav), afirma que supone «un daño importante a la ciudad, pero como estos cruceristas no pasaban la noche aquí, su impacto es menor, ya que consumían poco en la capital». «No es tan grave como si se fuera una línea cuyos clientes sí hacen noche aquí», apunta. Y recuerda que ya se han cerrado acuerdos con otras compañías.

Algunos empresarios aseguraron que en este caso habrían existido ayudas a la operadora a cambio de elegir Málaga como puerto base, algo que negaron Caneda, el regidor y fuentes del área de Turismo: «Eso no se puede hacer, entre otras cosas porque atenta contra la legislación comunitaria sobre competencia».

Uno de los empresarios explicó: «Es vital que, si se dan ayudas, se garantice la permanencia de las compañías una serie de años». Sin embargo, en este caso no hay acuerdo alguno, y las ayudas, siempre según el Consistorio, consistieron en organizar tres viajes de familiarización para touroperadores de Valencia, Madrid y Barcelona.

Enrique Gil, presidente de la Federación de Comercio de Málaga (Fecoma), precisó que el dinero de los cruceristas «no llega al comercio». «Sentimos que la compañía abandone de Málaga, es una mala noticia en términos de imagen, sobre todo, pero los cruceristas no son nuestros consumidores objetivos. Cada uno se deja una media de 45 euros», dijo.