«Todas las acciones que hagamos más allá de nuestras horas de trabajo, nos enriquecen mucho más como personas». Así piensa Alberto Peláez, que además de su labor en el mundo de la abogacía se encarga de llevar la presidencia de Hogar Abierto en Málaga, una institución colaboradora con la Junta de Andalucía que tiene como fin garantizar las condiciones de acogida, ya sea temporal o permanente, de menores con problemas en el seno familiar.

Y con este objetivo primordial nació esta entidad, formada por personas relacionadas con la psicología, la educación y el trabajo social, en el año 1997. «En aquel tiempo recuerdo que empezamos en la zona de Cortijo Alto» –cuenta el presidente– antes de trasladarse a la calle Nosquera y después a la calle Barroso donde permanecen actualmente, muy cerca del Servicio de Protección del Menores. La antigua sede la mantienen, «sobre todo como un lugar para que se puedan hacer la visitas de los niños con sus padres biológicos».

En un principio, la labor de Hogar Abierto se prestaba en colaboración con la entonces Consejería de Asuntos Sociales y que ahora se llama de Igualdad y de Bienestar Social; centrándose en la intermediación entre las familias de acogimiento y el menor. Para ello, uno de los pasos importantes era captar a los interesados para adoptar en sus casas a estos niños, ya sea con carácter temporal o de forma permanente. También persiguen garantizar un seguimiento temporal para que estos jóvenes puedan llevar una vida saludable más allá de sus progenitores biológicos, a los que se les ha retirado la patria potestad de los hijos.

Todo una constante labor en el tiempo hasta contar actualmente con un banco de 78 familias, de las cuales 47 ya están acogiendo a los 68 menores que necesitan cuidados. El resto de familias está a la espera de un niño, pendientes de valoración o ya valoradas, pero que necesitan la resolución de la Junta de Andalucía para poder recibirlos.

Sin embargo, Hogar Abierto ha ido evolucionado. Prueba de ello es que ha ido desarrollando programas relacionados con los obstáculos que dificultan la convivencia y en el que se están implicadas personas de menos de 18 años. El último ha sido el Centro Especializado de Intervención Familiar, que es de carácter gratuito para aquellas familias con escasos recursos económicos y que necesitan un tratamiento específico sobre el problema que presentan los menores a su cargo.

Importante apoyo

Bien sea por conductas de absentismo en el colegio, o problemas en las relaciones personales o por iniciación a las drogas, se convierte en un importante apoyo para dar respuesta a la demanda de los padres. «Además, se ha editado una guía elaborada por distintos expertos, para que se puedan abordar estas situaciones», explica.

La crisis económica no ha afectado al número de casos a nivel provincial, «ya que los problemas estructurales tienen otras motivaciones, aunque quizá pueda influir algo», cuenta. Para ello, en Hogar Abierto cuentan con 12 personas dedicadas a esta importante tarea.

Otra de las campañas más importantes que están haciendo es Prevenir en Familia, para la sensibilización y prevención de conductas conflictivas que pueden aparecer en los menores con edades entre los 3 y 12 años. Así, se realizan visitas a los colegios de la provincia, en donde se les da todo tipo de información y material divulgativo tanto al profesorado como a los padres sobre los aspectos más comunes que puedan producir importantes desencuentros en la familia.

Igual de relevante es la intervención y asesoramiento en divorcios y procesos de separación que puedan afectar a los hijos. «En estos casos tenemos que velar por sus intereses, porque muchas veces cuando hay una crisis de pareja se les somete a muchas presiones y manipulaciones, y eso puede hacer mella en el futuro», cuenta. Y para ello, son muy eficaces las terapias, así como la normalización de la relación de los padres con el menor. Quince años de trabajo y entrega de Hogar Abierto y su presidente, el incansable Alberto Peláez.